Historia de Villapalacios. Temas.

Recuperado el Auto de la Adoración de los Reyes Magos de Villapalacios

La obra religiosa, basada en un texto del siglo XVIII, se representaba en esta localidad de Albacete todas las noches del 5 de enero, pero dejó de hacerse en la década de 1960

 

 

(Gracias a Ismael Gallego, por su memoria,
y a Quini Resta, por su interés en querer saber)

 

Por José Ángel Montañés, 5 de enero de 2023 (actualizado el 19 de enero de 2023)

 

 

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Los Reyes Magos y Herodes (segundo por la izquierda) interpretado por Juan José Martínez, peché, durante una representación del Auto de la Adoración de los Reyes Magos en los años sesenta del siglo pasado en Villapalacios; en concreto en el momento en el que la acción se desarrollaba en los escalones del antiguo bar de la Dionisia y Augusto. Completando la escena, cinco jóvenes vestidos de romanos, como centuriones. / FOTO DEL ARCHIVO FAMILIAR DE JUAN JOSÉ MARTÍNEZ, 'PECHÉ'.

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El patrimonio inmaterial es el más volátil de todos los patrimonios histórico-culturales. Manifestaciones que daban identidad a un pueblo y convocaba a todos sus habitantes, durante una o varias jornadas, desaparecen de un año para otro y acaban diluyéndose con el paso del tiempo. Por suerte, quedan en la memoria de muchos de los que los vivieron y en algún documento escrito e, incluso, gráfico y pueden volver a ver la luz. Es lo que ocurre con el Auto de la Adoración de los Reyes Magos que durante años se representó en por las calles y edificios destacados de Villapalacios.

La llegada de los tres Reyes Magos a la localidad para adorar a Jesús, hijo de la Virgen María, era una de las citas del calendario religioso que año tras año se celebraba en la tarde noche del día 5 de enero en Villapalacios en la que una decena de vecinos interpretaban a diferentes personajes tras aprenderse sus papeles, con más o menos diálogo, que recitaban ante el resto de sus convecinos.

Ahora, en Villapalacios, como en la mayoría de las localidades de España, se celebran cabalgatas en las que los tres Reyes Magos vienen cargados de juguetes para los niños; algo parecido, pero totalmente diferente a esta manifestación teatral religiosa.

La memoria prodigiosa de un vecino de Villapalacios, Ismael Gallego Ródenas, perteneciente a una familia de sacristanes vinculados con la iglesia de San Sebastián y el interés de Quini Resta, movida por conocer lo que su padre Rodrigo le contaba, ha permitido recuperar el texto completo de esta representación teatral que hunde sus raíces en la Edad Media.

Quini pasaba muchas tardes con este hombre que falleció hace unos años cercano a los 100. En una de esas tardes de hace unos 20 años, le preguntó por el teatro de los Reyes Magos en el que participó su padre e Ismael le dijo: “coge papel y lápiz” y lo dictó de carrerilla. Se lo sabía bien, porque durante varios años Ismael hizo el papel de Herodes; el que más texto tiene en esta obra.

Algunas de las personas de Villapalacios de más edad que los presenciaron, e, incluso, algunos de sus protagonistas permiten reconstruir en qué consistía esta representación.

Quini y su hermano Rodrigo recuerdan que su padre Rodrigo Resta, que durante un par de años fue rey Melchor o Gaspar, les contaba como los tres Reyes Magos, acompañados de sus respectivos pajes, llegaban al pueblo desde diferentes puntos: uno desde la Venta Noguera, otro desde los Portachuelos y el tercero desde el camino de la estación de tren. Encontraban el camino para llegar al pueblo guiados por la Estrella que portaba una niña o mujer de la localidad subida en el depósito del agua; una atalaya que se veía desde todos los lugares. Los tres personajes llegaban al pueblo rodeados ya de un buen número de vecinos.

Lola Martínez, hija de Pedro Manuel Martínez, el carpintero, que hizo de rey a finales de los años 40 del siglo pasado, explica que su padre decía que estos tres personajes venían desde la zona de la venta, a las afueras del pueblo, junto a la actual carretera nacional. “Delante iba el personaje que hacía de Estrella y, a cierta distancia, los tres reyes”, explicaba. En una fotografía fechada alrededor de 1948 (que Lola ha facilitado para su publicación en esta página) se le ve a él, a la izquierda de la imagen, junto a los otros dos reyes. Y detrás, en una fotografía que se hicieron en la zona de la Glorieta -donde puede verse una de las almenas del castillo dedicado a San Miguel, hoy desaparecida-, también se ve a la joven que hizo de Estrella para guiar a los reyes. "Era muy guapa; se fue pronto del pueblo”, le contó Pedro Manuel a Lola hace años, sin apuntar su nombre. Sujeta el largo palo en el que termina la estrella con las dos manos. A su derecha aparece un hombre con traje militar y, a la derecha, otro de paisano, identificado por su hija como Julio Losa Mingot.  

En la fotografía de alrededor de 1948 los tres reyes, vestidos con capas realizadas con colchas de cama decoradas con flores (al menos, Melchor y Gaspar) y barbas realizadas con algodones, parecen llevar en la mano unos pequeños ramos de flores.

 

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Fotografía de alrededor de 1948 en el que se ven a los tres Reyes Magos y la mujer que hizo de Estrella en su camino hacia Villapalacios. El rey de la izquierda es Pedro Manuel Martínez, el carpintero. / FOTO DEL ARCHIVO FAMILIAR DE PEDRO MANUEL MARTÍNEZ.

 

Una vez en el pueblo, en los escalones del antiguo bar de la Dionisia y de Augusto, donde les esperaban más vecinos, Herodes recibía a los tres Reyes Magos, como si fuera la puerta de su palacio.

Luego se encaminaban hacia Belén, la plaza mayor del pueblo, donde estaba el resto de los vecinos, que salían en multitud para ver la representación. Todos entraban en la iglesia donde les esperaba la Virgen María con su hijo, para adorarlo. 

Arturo Pastor, que acaba de cumplir 80 años, recuerda como siendo un crío [a finales de los años 40 o comienzos de los 50], mi hermano Eduardo hizo de Melchor; Julio Rodríguez, el del comercio de la plaza, Gaspar y Manolo, el mohíno, era Baltasar. Recuerdos los comentarios sobre la fenomenal interpretación de Herodes que hizo Emeterio Resta. Siento no acordarme quién hizo de Estrella, aunque me suena que fue Rosita, la del médico, explica este maestro jubilado.

Nicasio Martínez, que participó “hace mucho tiempo, estando yo novio” y por lo tanto a finales de los cincuenta o comienzos de los sesenta, hizo durante dos años de “rey moro”; o sea, Baltasar. Y para parecerlo se tiznaba la cara y las manos con las cenizas de la lumbre (otros recuerdan que lo hicieron con lo que quedaba en el culo de las sartenes). “Lo organizaba todo don Miguel [el sacerdote]. Subíamos desde la venta a caballo. Un año a mí me dejó uno negro Sise”, recuerda. 

No fue el único de la familia que actuó en esta representación, ya que esos años también participó su hermano Juan José, peché, haciendo el papel de Herodes. “Yo no tenía que decir casi nada, pero mi hermano Peché hablaba bastante y se lo sabía muy bien”, recalca en varias ocasiones.

A Peché, haciendo de Herodes lo podemos ver en cuatro magníficas fotografías realizadas también en los años sesenta, rodeados de los tres reyes en los escalones del bar de la Dionisia y de Augusto que conservan sus hijos, como un texto que el copió a mano del Auto de la Adoración que representaba, algo más largo y diferente del que mandó escribir Ismael Gallego.

En una de las fotografías en las que aparecen Herodes y los tres Reyes Magos (la que abre este trabajo) puede verse un decorado (a la derecha de la imagen), que representa la entrada o puerta de un palacio; el de Herodes, realizado en cartón pintado. Y a los pies de estos protagonistas media docena de centuriones.

En otra de las fotografías aparece Peché solo, con un cetro entre las manos. Y en las otras dos el rey junto con dos de los Reyes, en lo que parece ser el inicio de la representación de este acto. Las cuatro fotografías, que ha cedido para esta publicación la hija de Peché, Natividad Martínez Montano, están firmadas al dorso por el fotógrafo de Balazote, Enrique.  

 

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Tres de las cuatro fotografías de la representación del Auto de los Reyes Magos de Villapalacios celebrado a comienzos de los años sesenta del siglo pasado. En la de arriba puede verse a Juan José Martínez, peché, en el papel de Herodes, con su cetro en la mano derecha. En las dos de abajo, junto con dos de los Reyes Magos. En la de abajo, en la ventana de la izquierda se puede ver, de perfil, al sacerdote Miguel González. / FOTO DEL ARCHIVO FAMILIAR DE JUAN JOSÉ MARTÍNEZ, 'PECHÉ'.

 

Alrededor de 1960, uno de los años en los que Nicasio Martínez hizo de rey Baltasar, Cándido López Fuentes fue el rey Melchor, como aparece en otra fotografía en el que se le ve, en primer plano, en la plaza mayor de Villapalacios llena de gente, montado en un caballo blanco, y, detrás, Nicasio con la cara tiznada sobre su caballo negro, rodeados por varios pajes y lo que parece un centurión. Los dos van cubiertos por las famosas capas realizadas con colchas. “Cándido tenía alrededor de 19 años cuando participó”, recuerda su mujer, Segunda Garrido Muñoz, que dice que los caballos “eran de las cuadras del cuartel de la Guardia Civil”.

No es la única foto de ese año. En una segunda, Cándido López sostiene un niño en brazos. Era el hijo de Robustiano”, explica Segunda, refiriéndose al alcalde de Villapalacios, entre octubre de 1955 y agosto de 1966. Según ella, alguna la representación también pasaba por el salón del cura, el edificio con un teatro situado junto a la plaza mayor de Villapalacios. “El cura era don Valentín”, que ejerció de sacerdote en el pueblo entre 1939 y 1956.

Son muchas las mujeres en Villapalacios que recuerdan su papel como Estrella en esta representación teatral. Entre ellas Encarnita Quijano. Era muy pequeña, tendría unos diez años. Ese año hizo de Vírgen María, Aurora González, recuerda. También Julia Alfaro Molina. Tenía 13 años cuando hice este papel. Yo fuí la última Estrella.

Luego, en los años ochenta se intentó recuperar un año. Los diálogos los hicimos con los que nos contaban unos y otros. Se hizo como se pudo pues los que participamos en ella no la habíamos visto en directo, explica Maria Elena Cuarenta, que estuvo en la organización e interpretó el papel de uno de los centuriones, el que cerraba el paso e interpela a los Reyes Magos. “Los cuatro centuriones los hicimos mujeres porque en ese momento no había hombres que los hicieran”, recuerda.

 

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Cándido López Fuentes, como Melchor, en el Auto de los Reyes de 1960, arriba y a la izquierda. En la imagen superior, a caballo junto con Nicasio Martínez, Baltasar, llegando a la plaza mayor de Villapalacios, rodeados de una multitud de personas. En la inferior, con un niño en brazos, hijo del alcalde de entonces, Robustiano Rodríguez Resta. A la derecha, Encarnita Quijano en 1955, cuando hizo de Estrella, vestida con un vestido largo, gorro en forma de cono, velo y guantes. / FOTO ARCHIVO FAMILIAR CÁNDIDO LÓPEZ FUENTES / FOTO ARCHIVO FAMILIAR ENCARNITA QUIJANO.

 

 

Texto del Auto de la Adoración de los Reyes Magos de Villapalacios:

(Nueve personajes: Herodes, Melchor, Gaspar, Baltasar, ministro, centurión, centinela, Virgen María y la Estrella).

MELCHOR: Allá en aquellos días prodigiosos, días de gloria y de ventura llenos, en que tuvo principio la gran obra para la Redención del Universo, convirtiéndose Dios en mortal Hombre, para borrar la deuda del primero que nuestro padre cometió imprudente, pudiendo estar la Tierra convertida en Cielo.

GASPAR: Hará trece noches que, a poco de levantarme de mi acostumbrado lecho, al alzar la vista vi en el cielo un gran lucero, hermosa antorcha, por cierto, observé que se movía cuando me acercaba a verlo, cuando pasaba sin saber el móvil de esto.

Tal influyó y tal emoción causó en mi pecho, que sin poder contenerme mis ojos dos arroyuelos de lágrimas arrojaron, sin saber el movil de esto.

Me daban tales impulsos de salir de mi aposento y empezar a caminar, que me vencieron al fin.

Empecé yo mi jornada y el astro luciente y bello empezó también la suya, que como paje de hacha mi camino iba siguiendo. Cuando araba, paraba, como si fueses un instrumento su movimiento del mío.

Determiné caminar sobre brutos tan ligeros, que en decir son dromedarios, bastantemente lo expreso.

MELCHOR: En una encrucijada se me acerca otro extranjero y me dice que viene guiado por una estrella, buscando a un Rey bajado del cielo.

¡Ah! Pues por allí se presenta otro extranjero, tal vez la misma idea le conduzca y siendo así, mayor contento.

GASPAR: Pues allí nos avistamos todos tres sin conocernos y cada cual fue refiriendo qué había oído prodigio singular, suceso extraño, caso maravilloso y estupendo puesto que a los tres nos ha juntado aquí una misma razón, presurosos seguiremos nuestra marcha.

BALTASAR: Así hacerlo, sin duda debemos.

Los Reyes Magos acceden desde tres puntos diferentes, y confluyen, guiados por la Estrella, a la entrada del pueblo

GASPAR: Aquí en esta gran Ciudad, que es Metrópoli del reino, la antigua Jerusalén, Corte, y palacio de los Reyes de Judea. Aquí es donde encontraremos al nuevo Rey que buscamos.

Los Reyes Magos se dirigen hacia la placeta del Correo. Allí Herodes sale al balcón (los tres escalones del bar de la Dionisia y de Augusto) de su palacio

HERODES: Al veros hoy tan temprano, en gran cuidado me he puesto.

MINISTRO: No lo extrañéis gran señor, pues tenemos en vuestra corte, mejor dicho, en vuestro reino, tres señores extranjeros que según su porte es de reyes, según pienso, pues ostentan corona real y empuñan dorado cetro.

HERODES: Pues al centurión de mi guardia, dile luego, que sin dilación alguna busque a esos tres extranjeros que por esas calles andan y les diga que quiero verlos hoy en mi palacio. Que no venga sin traerlos.

MINISTRO: Se hará como disponéis.

El centurión busca a los Reyes Magos y les atraviesa la espada para detenerlos

CENTURIÓN: El grande Herodes me manda detener a vuestras altezas, os ruego vengáis en mi seguimiento a su palacio, donde os espera.

Los Reyes Magos lo siguen al palacio de Herodes y se ponen debajo del balcón donde los lleva el centurión.

HERODES: Señores, ¿Qué novedad os ha traído a mi reino, que me ha puesto en confusión y me tiene muy suspenso?

Pues siempre fue estilo real, que cuando llega un Supremo de su Reino a otros, avisa con ministros mensajeros y vos, perdonad, que os diga, que no anduvisteis siniestros, sino que os habéis entrado en el mío como vuestro.

Así me es indispensable el más justo sentimiento, pues si hubieseis avisado, como es debido, en mi reino abundan las atenciones, la urbanidad y el respeto. De mí nunca se dirá, os he sido desatento.

Mas dejando ahora este asunto, supongo, que vuestro reino es, donde os hayáis, así como legítimos dueños, disponed lo que os agrade, y ha de merecer mi afecto, recibir un gran favor, y es que os alojéis desde luego, en este vuestro palacio.

MELCHOR: Señor, no podemos y os damos por agradecido tan cortés ofrecimiento.

HERODES: ¿Pues, que motivo os apresura para negarme el obsequio que os pido?

REYES MAGOS: A un rey buscando venimos que ha nacido en este reino, porque en Oriente vimos un portentoso lucero, que claramente nos dijo su importante nacimiento y que será para el mundo día de grande contento.

MELCHOR: Sabed, Señor, que son juicios del Cielo los motivos que nos urgen, para no tomar asiento en vuestro palacio real, por ahora no podemos, y damos por recibidos los elogiosos obsequios, con que nos queréis honrar.

BALTASAR: Como en este viaje, quien nos guía es el cielo, partimos luego al instante sin observar los derechos que se deben cumplir entre los reyes terrenos. Si os agravió nuestra entrada, simulad ese hierro, pues la estrella nos indica haber nacido en este reino ese rey a quien buscamos, rey del cielo y de la tierra.

HERODES: Un profeta de los nuestros a quien llamaban Balaam dijo los pasados tiempos que nacería una estrella como signo más cierto de haber al mundo venido un rey bajado del cielo que reinaría en Jacob y su imperio sería eterno.

LOS TRES REYES: Luego a un rey de esa manera debemos buscarlo para rendirle adoración y respeto.

MELCHOR: Pues dando vuestra licencia, a Belén nos partiremos y hasta otra vez que Dios os guarde.

HERODES: El alto cielo os acompañe y os dirija, y halle en fin vuestros deseos.

Herodes les da licencia para que se marchen. La Estrella sale a su encuentro y ellos caminan detrás

Herodes se queda pensativo

¡A un rey buscando venimos!, que ha nacido en este reino porque en Oriente vimos un portentoso lucero, que claramente nos dice su importante nacimiento.

¿Qué es esto que por mí pasa?

¿Qué es esto, Herodes? ¿Qué es esto?

¡Venir buscando otro rey teniendo en mi mano el cetro!

¿Cómo he sufrido esta injuria?... ¿Cómo tal atrevimiento?

Pacifico has tolerado atropellando el respeto, que a tu presencia se debe.

 ¿Qué es esto cielos, qué es esto?

Oír mi propia deshonra y estar con tanto sosiego, sin haber ejecutado el castigo más severo cual merecen esos hombres por su infame atrevimiento.

¿Así pretendéis, oh cielos castigarme? Pues sabed que, a nadie, a nadie, le temo. No he consentir que otro, viviendo yo, tenga el cetro de Judea, porque yo sé gobernar bien mí reino.

Si alguno así lo pensare, es en vano su pensamiento.

¡Luego que reciba aviso de los reyes extranjeros, pasaré a Belén, veré qui es este infante nuevo rey de Judea! Mal dije, este atrevido grosero.

¡En fin, a Belén iré, no como esos necios fueron a rendirle adoraciones, sino a rendirlo a mi acero!; ¡la vida le he de quitar, pésele a sus padres mismos y si acaso se resisten haré lo propio con ellos! ¡No ha de reinar en Judea, sino yo, que estoy viviendo en muriendo más que reine, aunque sea el mismo infierno!

Y de un gesto se arranca la barba. Y llama al centinela

¡Ah de la guardia!

CENTINELA: ¡Señor!

HERODES: Ten cuidado a ver si de esos señores que aquí han estado, vienese algún mensajero, de avisarme al punto.

CENTINELA: Obedeceré el precepto.

Los Reyes Magos continúan su camino detrás de la Estrella. Al llegar a la puerta de la iglesia se queda parada indiciando su interior. Los tres Reyes Magos entran donde les espera la Virgen y el Niño.   

VIRGEN: ¿Qué motivo os apresura a registrar tal pobreza?

MELCHOR: Sabed hermosa Señora que venimos de lejanas tierras rompiendo incomodidades del tiempo y sus inclemencias, buscando a ese Dios Infante que todo el mundo venera, Rey del cielo y de la Tierra.

¿Vos tenéis algunos hijos?

VIRGEN: Si uno tengo.

GASPAR: ¿Es de tierna edad vuestro hijo?

VIRGEN: Hace trece noches lo di a luz en esta cueva.

BALTASAR: Pues por favor preséntenos al infante y perdone la molestia.

VIRGEN: Lo haré porque veo en vos cumplidas a la letra las diferentes profecías.

María presenta al niño a los tres Reyes Magos que se inclinan de rodillas.

MELCHOR: De esta dichosa presencia es el niño prodigioso que nos anunció la estrella.

Te ofrezco oro como rey que serás del Universo y como yo a tí te adoro, te adorará el mund0 entero.

GASPAR: Yo señor te ofrezco incienso y en él va mi corazón porque veo en tí la esperanza y del mundo la salvación.

BALTASAR: Y yo señora, aunque indigno de esta en vuestra presencia, os hago humilde esta ofrenda de mirra, para que vos en sacrificio la ofrezca a vuestro hijo por mí.

LOS TRES REYES: ¡Oh, Dios nuestro!, ¡prodigioso Rey del Cielo y de la Tierra te pedimos que nos lleves a la Gloria de tu Diestra!

 

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Arriba a la izquierda, María Medina Montañés, como la Virgen María, el mismo año que Julia Alfaro Molina, a la derecha, hizo de Estrella en la representación del Auto de la Adoración de los Reyes Magos. Abajo, María Medina, detrás del Niño Jesús, acompañados de los ángeles personificados por las niñas Mari Carmen Martínez, Macu Pajares y, abajo, Piedad Algaba y Rosamari Montañés, esperando a los Reyes Magos en la puerta de la iglesia de San Sebastián. / FOTOS ARCHIVO FAMILIAR MARÍA MEDINA MONTAÑÉS /FOTO ARCHIVO FAMILIAR JULIA ALFARO MOLINA.

 

El texto original de esta representación se encontró en el siglo XVIII en la catedral de Toledo. Este auto, que se representaba en la catedral en el siglo XII, está considerado el texto más antiguo de teatro escrito en castellano. Ahora, este importante texto se conserva en la Biblioteca Nacional de España.

Pero la mayoría de textos que se representan en diferentes pueblos españoles y, sobre todo, en los de la diócesis de Toledo, proceden del libro La infancia de Jesu-Christo. Poema dramático, escrito, también en el siglo XVIII, por el clérigo de Málaga Gaspar Fernández y Ávila. Este es el texto matriz y todos los textos locales beben de este texto del siglo XVIII de Fernández y Ávila, y cada pueblo lo acopla a sus necesidades, explica el experto de patrimonio inmaterial Miguel Lucas, recordando trabajos de estudiosos del tema, como Los autos religiosos en España, publicado por Maximiano Trapero en 1991; un trabajo fundamental poder conocer la idiosincrasia de estas manifestaciones de la cultura popular.

La obra de Fernández y Ávila se ocupa de toda la infancia de Jesucristo a partir de 12 “coloquios” titulados: Encarnación del Hijo de Dios; Expectación de María Santísima; Nacimiento; Manifestación; Adoración de los Santos Reyes; Presentación en el templo; Huida a Egipto; Degollación de los Santos Inocentes; Pérdida de Jesucristo con 12 años; Invención en el templo y Obediencia de Jesus, primera y segunda parte.

El texto de la Adoración de los Reyes tiene, en concreto, 18 páginas de las 187 del libro; las que van desde la página 71 a la página 89.


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Primera página de La adoración de los Santos Reyes a Jesucristo del libro del siglo XVIII de Gaspar Fernández y Ávila.

 

Si compramos el texto escrito por Gaspar Fernández y el recuperado de la memoria de Ismael Gallego, vemos que han disminuido los personajes y los 12 originales han pasado a ser nueve: la Virgen María, Melchor, Gaspar y Baltasar, Herodes, uno de sus ministros, un centurión, un centinela y la estrella.  No hay rastro de San José, de San Gabriel, un pastor llamado José y una villana llamada Rebeca.

Pero las similitudes son muchas, ya que podemos comprobar cómo hay versos y párrafos idénticos o muy, muy parecidos, por lo que no hay duda de que la representación que se hacía en Villapalacios procede del libro del siglo XVIII. Sabemos por la hija de Peché que su padre copió a mano de un libro el texto que luego tuvo que aprenderse, que luego ella ha pasado a máquina y nos ha facilitado.

En Villapalacios esta representación religiosa se dejó de hacer a comienzos de los años setenta. Los motivos pueden ser varios: la emigración que vació muchos pueblos; sobre todo de muchos jóvenes que hasta ese momento habían interpretado los principales papeles. También la falta de caballos que fueron desapareciendo del campo sustituidos por la mecanización. Y, como apuntan algunas de las personas consultadas, “la falta de interés” o el que “el cura no lo acabara de ver con buenos ojos”.   

Trapero, el autor antes mencionado escribe:

 La representación de un Auto puede interrumpirse durante uno o más años y estar sin embargo vigente en la memoria tradicional de esa localidad. Lo que llega a poseer la categoría de «tradicional» no deja de serlo de hoy para mañana, de la misma manera que no lo adquiere de ayer para hoy. Los Autos religiosos, como cualquier obra humana han pasado y pasan por períodos de mayor o menor perseverancia, dependiendo ésta del mayor o menor entusiasmo del grupo humano del que la representación depende. Así de simple. 

Ejemplos hay de Autos que han estado en suspenso durante largos períodos y vuelven a ser recuperados como si del año anterior se tratase su ausencia.

Pero también asistimos cada día -cada año- a la restauración de Autos religiosos que habían estado olvidados durante mucho tiempo -a veces siglos- y que vuelven ahora pujantes, protegidos por el entusiasmo y el amor de la comunidad que los hace posible.

 

Por eso, desde aquí, proponemos que se recupere la representación del Auto de la Adoración de los Reyes Magos de Villapalacios, que queda demostrado tiene un origen en el siglo XVIII.

Tenemos un año para ponernos manos a la obra y poderlo volver a representar en la noche del 5 de enero de 2024. Lo tenemos que hacer por Ismael, Rodrigo, Eduardo, Julio, Cándido, Manolo, Emeterio, Nicasio, Peché, Rosita, Encarnita y Julia, y por todas las personas que participaron, en los papeles protagonistas o en un segundo plano, a lo largo de años y años en esta representación de Villapalacios.  

En Vianos se dejó de representar alrededor de 1950 y a partir de 1978 se recuperó; según explican en la localidad. Y desde hace tres años está representación colectiva está reconocida como Fiesta de Interés Regional por la Junta de Castilla-La Mancha.  

 

 

 

 

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