Historia de Villapalacios. Temas
Los Baños del Relumbrar, medalla de bronce en la
Exposición Universal de Barcelona de 1888
Los dueños del balneario conservan el diploma que acredita el premio en un certamen en el que participaron 476 expositores de todo Albacete, una de las representaciones más numerosas
Por José Ángel Montañés, 25 de febrero de 2023
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Los Baños del Relumbrar, en el centro de la imagen, ubicados en la sierra del mismo nombre, en el límite de la provincia de Albacete con las de Ciudad Real y la de Jaén. / FOTO DE JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS
Los Baños del Relumbrar están situados en el macizo montañoso del mismo nombre que se extiende en el límite de la provincia de Albacete con la Ciudad Real y la de Jaén. En concreto, en el término municipal de Alcaraz, pero propiedad desde hace décadas de vecinos de Villapalacios. Se trata de uno de los lugares con mayor interés natural e histórico de los alrededores de esta segunda localidad; un lugar que necesita, como muchos otros, de un estudio que permita reconstruir su rico pasado. Este trabajo solo es un grano de arena en busca de ese propósito.
El balneario y su bello entorno, un auténtico paraíso de fauna y flora, fue hace un par de siglos uno de los grandes centros surgidos alrededor de los efectos beneficiosos del agua que visitaban muchas personas buscando remedios a sus enfermedades y males del riñón, ciática, el reuma y las erupciones de la piel. Un centro que estuvo en uso hasta comienzos de los años setenta del siglo pasado.
Y el lugar tocó el cielo cuando, tras participar con una muestra de esta agua mineralizada, rica en hierro, en la Exposición Internacional de Barcelona de 1888, obtuvo una medalla de bronce; uno de los máximos galardones otorgados en este certamen.
Lo sabemos por el diploma que se conserva en la vivienda propiedad de Arturo Pastor Linares, uno de los actuales dueños de la finca y del antiguo balneario; en concreto en uno de los pasillos en los que estaban las habitaciones para los residentes de estos baños.
¡Gracias Arturo por dejarme visitar el lugar, ver el diploma y por arrojar luz sobre este paraje increíble! (1)
El diploma otorgado por los organizadores de la Exposición Universal de Barcelona de 1888 a José Massa Martínez, por los productos agrícolas y las aguas minerales expuestos en la muestra. El título, enmarcado, se conserva y está colgado en el corredor del balneario en el que todavía se mantienen habitaciones con el número en las puertas. / ARCHIVO FAMILIAR ARTURO PASTOR LINARES / FOTO DE ISMAEL MONTAÑÉS
En el diploma se menciona como el galardón otorgado por “el Jurado Internacional de Premios” fue “por varios productos agrícolas y aguas minerales de los Baños del Relumbrar”. Por lo tanto, José Maria Massa Martínez (Murcia, 1849 - Alcaraz, 1902), propietario de estos baños a finales del siglo XIX y uno de los grandes terratenientes de Alcaraz, donde también llegó a ser alcalde de su Ayuntamiento, diputado provincial y vicepresidente de la Diputación a partir de 1886 (2), participó en más de una modalidad. (3)
El diploma está fechado el 9 de diciembre de 1888, día del cierre de la muestra. Lo firman el alcalde Constitucional de la Exposición y el Jurado, Francisco de Paula Ríus i Taulet, el delegado general, Luis Rouviere; el secretario general, Carlos Pirozzini Martí y el vocal de la Comisión Ejecutiva, el marqués de Comillas, Claudio López i Brú.
Fragmento ampliado del diploma en el que se pueden ver el reconocimiento otorgado a los Baños del Relumbrar y las firmas de las autoridades. / ARCHIVO FAMILIAR ARTURO PASTOR LINARES / FOTO DE ISMAEL MONTAÑÉS
En el Índice por clases y orden alfabético de todos los expositores que figuran en el Catálogo Oficial Espacial de España, publicado por los organizadores de la Exposición de 1888, el nombre de Jose María Massa Martínez figura en tres ocasiones. Se trata de la referencia número 1.031, en la que figura que participó con “dos muestras de mineral ferruginoso”; la 1.041, con “cinco botellas con aguas sulfatada ferruginosa” y la 1.137, que presentó “varios frascos con trigo candeal fino, claro, cañamones, habas, habichuelas de riñón y maíz rojo”. (4)
Bodegón realizado en febrero de 2023 con los productos José María Massa premiados en la exposición de Barcelona en 1888. De izquierda a derecha: mazorcas de maíz rojo, dos trozos de mineral ferruginoso, las cinco botellas de agua sulfatada, las habichuelas de riñón y los botes con trigo, habas y cañamones. Al montaje se le ha dado un aspecto de imagen antigua. Si quieres verlo en color, clica sobre ella. / MONTAJE DE J. A. MONTAÑÉS
Pero el diploma, en realidad, es la segunda parte del reconocimiento recibido en la muestra de Barcelona. En el título se expresa que el primero es una medalla de bronce; un galardón que Arturo Pastor asegura su familia no ha tenido nunca.
Pero sabemos cómo eran esas medallas: medían unos cinco centímetros de diámetro y en su cara principal se representaban los perfiles de la reina regente, María Cristina y su hijo, el futuro Alfonso XIII, que en el momento de inaugurar la muestra tenía dos años. La reina está tocada con corona y collar de dos vueltas y el rey con insignia. Debajo, entre estrellas de cinco puntas, la fecha de 1888.
En el reverso, la alegoría de la Fama, con trompeta y laurel, vuela frontal mirando hacia la derecha junto a un genio que sujeta una cartela con el escudo de Barcelona coronado y la fecha: 20 mayo 1888. Al fondo y en la parte inferior, una vista del Palacio de la Industria; el lugar donde se mostraron los productos llevados por el dueño de los baños. En lo alto una estrella radiante. La medalla está coronada por un murciélago.
Anverso y reverso de la medalla de bronce otorgada a los premiados con esta categoría en la Exposición Internacional de Barcelona de 1888. En la tercera imagen la medalla en su estuche original. / FOTO DE J. Á. MONTAÑÉS
Las aguas mineromedicinales de los Baños de Relumbrar aparecen citadas en la selección de todas las que se presentaron en el certamen, junto con nombres tan conocidos como los de Panticosa, Caldes de Montbui, Ribas, Novelda, Cardó, Sant Hilari Sacalm o Crevillente, entre otras.
Jose María Massa Martínez se casó en 1871 con Teresa Chacón Baillo (1851-1928) y la pareja tuvo diez hijos, de los cuales cuatro (Carmen, Pedro, Dolores y Pascual), murieron entre el mes y los seis años de vida, entre 1880 y 1893. El resto de los hijos fueron José María y sus hermanas, Micaela, María Teresa, Ángeles, María y Dolores. José María Massa Chacón (1881-1929) formó parte del Partido Conservador, siendo presidente de la Diputación de Albacete entre 1921 a 1923. Cuando Jose María Massa Chacón falleció en 1929 a los 48 años, soltero y sin descendencia, sus hermanas agrandaron su patrimonio. (5)
Según explica Arturo Pastor, “por problemas económicos, creo que poco antes de la Guerra Civil, una de las hermanas, Maria Teresa, vendió una parte de la propiedad de la finca rústica Baños del Relumbrar a Cenaido Linares Resta y otra a Juan Manuel Pardo. Con el balneario ocurrió lo mismo, quedándose mi abuelo con los denominados 'Baños de Arriba' y Juan Manuel Pardo, con los 'Baños de Abajo', en donde decían que había unas balsas con las mejores aguas; pero por la distancia con el cortijo o lo que fuera, no acabaron de funcionar”.
“No sé exactamente en qué momento mi abuelo Cenaido compró los Baños de Abajo a Pardo y todo quedó en mi familia. Al morir repartió todo entre sus dos hijos, mi tío Bartolomé y mi madre Eustasia Linares Jiménez”, remacha este maestro jubilado, apasionado de Villapalacios y su pasado. “Ahora son de mis cuatro primos, dos sobrinos, mi hermano Eduardo y mío”, concluye.
Publicidad insertada en el programa de fiestas de Villapalacios de 1944 por los dos propietarios de los Baños del Relumbrar en ese momento. A la izquierda, la publicidad de Cenaido Linares Resta, dueño de los Baños de Arriba y, a la derecha, la de Juan Manuel Pardo, propietario de los Baños de Abajo. La competencia era clara. / FOTO DE J. Á. MONTAÑÉS
Cuando la propiedad de los baños estaba repartida entre Cenaido Linares y Juan Manuel Pardo, protagonizaron sonadas campañas publicitarias en las que dejaron patente su competencia y su enemistad. “Se llevaban a matar”, resume gráficamente Arturo Pastor.
Lo vemos en la publicidad que insertaron en el programa de fiestas de Villapalacios de 1944, el más antiguo que se conserva de esta localidad. Mientras Linares anunciaba los baños de su establecimiento “contra ciática, reuma, riñón y piel en los baños de Relumbrar ‘de arriba”; Pardo vendía las mismas propiedades medicinales en su parte, pero con mejores instalaciones: “¡Ojo!, no os bañéis en pilas de cemento, hacerlo en las de porcelana, son más higiénicas”, decía en su anuncio. (6)
Publicidad tipo octavilla impresa por Cenaido Linares Resta cuando ya había adquirido la parte de los baños a Juan Manuel Pardo. Aquí se siguen ofertando las cualidades de las aguas contra reumatismo, ciática y enfermedades de la piel. / FOTO DE J. Á. MONTAÑÉS
¿Cómo eran los baños del Relumbrar y cómo funcionaban?
Cómo se ha dicho al comienzo de este trabajo, sabemos muy poco de cómo eran los baños y cuál era su funcionamiento. Tan solo tenemos unas pocas noticias y sería necesario llevar a cabo un trabajo de investigación en los archivos, sobre todo el de Alcaraz, con el fin de poder conocer su larga historia.
La estructura actual de los edificios del balneario, sometidos en los últimos años en parte a un proceso de rehabilitación por sus dueños actuales, sigue siendo la misma que tuvo hasta el final de la vida de este centro sanitario y de ocio: dos enormes edificios idénticos cuadrangulares de dos plantas, unidos por una larga galería; “el corredor”, según Arturo Pastor, en la que había 11 habitaciones de las 40 en total que había en todos los baños. Y en la parte inferior las cuadras para guardar los caballos y mulas que los habían llevado hasta allí. “Unos 1.180 metros cuadrados construidos en total”, apunta Pastor.
Una de las cosas que más llama la atención es comprobar como las habitaciones de este corredor, unas estancias confortables y espaciosas, conservan todavía en las puertas los números de las habitaciones.
Vista cenital (de Google Maps) del área edificada de los Baños de Relumbrar. Se aprecia la forma del edificio principal: dos enormes construcciones unidas por una galería, formando una especie de número 'dos' con los ángulos rectos. En la parte de atrás dan forma a una especie de patio. A la derecha, exento, la zona de las balsas y las bañeras.
Perfil de los edificios que forman el balneario de los Baños del Relumbrar en la actualidad. Los dos edificios principales están unidos por un corredor, que se puede ver en las imágenes de abajo, en su interior, con las puertas de las habitaciones que conservan los números, y en el exterior, unidas en una bella galería que permite el acceso directo a las habitaciones. / FOTOS DE ISMAEL MONTAÑÉS
En uno de los extremos de este complejo había un horno. “Se utilizaba muy poco en época de balneario. Era para la gente que vivía aquí, para el guarda, pastores y muleros; porque aquí no había servicio de restaurante ni de comedor; los bañistas usaban una cocina comunitaria, donde se preparada cada uno su comida”, apunta Pastor.
El gran problema que encontraba la hidrología médica en la segunda mitad del siglo XIX era la falta de medios de comunicación; algo que impedía el aprovechamiento terapéutico de ciertos manantiales. En el caso de los Baños de Relumbrar mulas y caballos jugaron un papel fundamental, ya que hay que tener en cuenta que el lugar estaba lejos de cualquier núcleo de población, se mire por donde se mire. Un ejemplo: hasta 1942 no se construye el camino vecinal que une Villapalacios y Albaladejo que pasa por los Baños del Relumbrar.
En este sentido, el 30 de septiembre de 1876, Ángel Escobar, Gobernador Civil de Albacete, pedía ayuda en la prensa oficial para localizar “un macho mular” desaparecido de estos baños y se pedía a las autoridades de la zona que lo buscasen “para averiguar su paradero”. Según se detallaba, las “señas” del animal eran las siguientes: “De 12 años, pelo negro, castaño, cuatro dedos sobre la marca, un poco gacho, ojos y morro avinagrados y una costilla hundida de nación en el lado izquierdo”. (7)
Fuera de esta estructura en forma de dos con los ángulos rectos, en una zona aparte, estaba la zona de baño, “las balsas”, con bañeras que fueron de cemento y luego de porcelana.
Conocemos un documento excepcional que nos ha proporcionado también Arturo Pastor con los precios de las habitaciones y de los diferentes servicios y las normas que regían en los baños. No está fechado, pero el hecho de que los precios aparezcan en reales y céntimos y no en pesetas (que entró en vigor en octubre de 1868), nos remite a una época cercana a la Exposición Universal de Barcelona y, por lo tanto, a cuando la familia Massa era la propietaria.
Documento contemporáneo con la Exposición Universal de Barcelona de 1888 en el que aparecen los precios de los
servicios que se ofrecían en los Baños del Relumbrar (Albacete) y una serie de normas de obligado cumplimiento. / ARCHIVO FAMILIAR ARTURO PASTOR LINARES / FOTO DE ISMAEL MONTAÑÉS
Según este documento el precio de las habitaciones iba desde los nueve reales diarios, las más caras, a los cuatro reales, las más baratas, que eran la mayoría. En este momento las habitaciones eran, al parecer, solo 24.
El precio de los baños de agua calientes era, los de primera clase; “aquellos en los que se calentaba el agua a gusto de cada bañista”, cuatro reales cada uno. Los de segunda, la mitad, costaban dos reales. Eran los que “tome un niño mayor de tres [lectura dudosa] años con su padre o encargado y el agua en el grado de calor que quede en la tina después de haberse bañado cualquier persona”.
Las duchas de agua caliente o fría tenían la misma tarifa: 4 reales cada una.
Para los baños de agua fría en las balsas (en el exterior) “que cada persona guste darse en la temporada que permanezca en el establecimiento”: 12 reales. También estaba estipulado el precio de las cuadras en las que guardar los necesarios animales para poder llegar y marchar de estas instalaciones. El precio, era “para cada caballería mayor o menor”, de 60 céntimos, entendemos que diarios.
El día a día de este local, por el que pasaba un buen número de personas, estaba regido por unas normas de obligado cumplimiento. Por ejemplo: “los baños fríos y calientes solo se harán de 9 a 11 de la mañana y de 3 a 8 de la tarde”. No estaba permitido que “los señores bañistas tomen más de dos baños al día”.
Estaba prohibido “la entrada de los hombres en los baños que se den diariamente para mujeres y viceversa”.
Las personas que ocupaban las habitaciones tenían “derecho a que se les de agua y leña para su consumo en la cocina general”; confirmando lo que explicaba Arturo Pastor de que cada uno se ocupaba de sus comidas en este espacio comunitario.
No sabemos si por falta de espacio (siempre o en algunas ocasiones) algunos de los bañistas ocupaban los pasillos de la casa. Es lo que se desprende de la norma que decía “Cada persona que habite en los pasillos, abonará un real diario”; según Pastor, siendo niño veía a bañistas acampados en tiendas, fuera del edificio y de las habitaciones.
La más contundente de las normas es la que aseguraba que “queda prohibido en absoluto escribir o hacer pinturas en el edificio de la casa o baños”, por lo que se dejaba claro que no se aceptarían actos incívicos en las instalaciones.
“Los baños estuvieron en funcionamiento hasta comienzos de la década de 1970; momento en que dejaron de funcionar ante la natural evolución de la sociedad, que exigía otras condiciones para hospedarse y la disminución del volumen del agua”, remacha Pastor.
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Arco de Triunfo construido para la Exposición Universal de Barcelona de 1888, convertido, junto con el monumento a Colón, en símbolos de la muestra. El arco monumental, construido por Josep Vilaseca i Casanovas, era la puerta de acceso al recinto. Entre su decoración, los escudos de todas las provincias. A la derecha, cartel oficial de la muestra.
Otros expositores de la comarca de la Sierra de Alcaraz
José María Massa no estuvo solo en esta aventura. Según la relación de participantes, entre los expositores albacetenses que viajaron a Barcelona con sus productos tan variados como vino, aceite, vinagre, miel, cereales y patatas, lanas, maíz y legumbres, además de productos manufacturados.
Desde Alcaraz participaron también Manuel Baillo “con dos frascos con trigo candeal”; que le valieron una mención honorífica y su pariente José Vicente Baillo, “con dos botellas de vino blanco y dos de vino tinto”; Vicente Aguilar, “con dos botellas de vino tinto” y Julian Crespo, “con dos botellas de vino moscatel y cuatro de vino tinto”, tres expositores que fueron reconocidos con tres menciones honoríficas. Por su parte, Emilio Navarro Carcoles concursó “con tres botellas de vino tinto puro y tres de vino blanco” y Germán Muñoz, con “un frasco de trigo candeal”.
De Villapalacios no participó nadie en la Exposición Universal de Barcelona de 1888.
El Ballestero participó por medio de Pantaleón Díaz que llevó “un frasco con habichuelas morunas y otro de blancas”; Francisco Martínez “con una muestra de patatas francesas y otra de patatas mariquitas” (sic) y “un frasco con maíz amarillo y otro rojo” y Rufino Romero, con “un frasco con trigo candeal”.
Bienservida contó con una nutrida representación: Francisco García Belmonte “con un frasco con maíz amarillo”; Hilaria Henares Blázquez, “con un frasco con centeno de secano y otros con cebada de secano”; Claudio (o Eladio) María Navarro lo hizo con “varias muestras de trigo candeal, claro, jeja colorada y alubias blancas”; que le valieron también una medalla de bronce en la exposición celebrada en tierras catalanas; Antonio Pretel con “un frasco de garbanzos”; Miguel Lanuza Morales con “una botella de aceite de oliva” y Juan Navarro Palomares con “una botella de vino tinto superior”; lo mismo que Tomás Navarro Cuenca, mientras que Vicente Navarro Cuerda lo hizo con “una botella de vinagre”.
Bogarra estuvo presente con Jesualdo Pérez que llevó “una botella de vino tinto de mesa” y “un frasco de miel”, premiada con una mención honorífica.
Cotillas llevó desde el corazón de la sierra “un frasco con cañamones” que llevó Pedro Luis González.
Antonio Ocaña llevó desde Paterna “una botella de aceite de oliva”, un “frasco de miel”, también premiada con una mención honorífica y un “frasco con habichuelas blancas y otro con caretas [unas judías pequeñas]”.
Peñascosa estuvo muy bien representada por Agustín Flores que se llevó dos premios: sus cereales, envasados en “varios frascos con trigo candeal fino, recio, habichuelas de regalo [sic] blancas, garbanzos y maíz” le llevaron a ganar una medalla de oro al final del certamen. Y “una muestra de lana blanca y otra negra sin lavar”, recibió una mención honorífica como premio. Su tercera presencia, con “una muestra de madera de roble y una de encina para la construcción de carruajes” no se llevó ningún galardón.
La Fábrica Metalúrgica de San Juan de Alcaraz, situada en la localidad de Riópar lo hizo con lo que mejor sabía hacer: “trece grifos curvos de diferentes dimensiones y otros varios de los mismos metales”. Obtuvo una medalla de oro, el máximo galardón posible.
Salobre también contó con representación ya que Antero Navarro llevó o envió hasta Barcelona “dos botellas de aceite de oliva”.
Quizá la participación más curiosa de alguien de la comarca la envió la Comisión provincial de Albacete. Se trató de “los trabajos caligráficos hechos con la mano izquierda por Don Rufino Fernández, maestro de Instrucción primaria de Robledo”; toda una proeza para esa época.
Vista aérea de las instalaciones de la Exposición Universal de Barcelona de 1888. En la parte superior el edificio más grande, el Pabellón de la Industria, con forma hemisférica, donde se expusieron los productos de Albacete.
Albacete, la segunda provincia con más expositores en 1888
La provincia de Albacete tuvo una participación masiva en la Exposición Universal de Barcelona: 476 expositores de 49 pueblos, según el Catálogo General Oficial que presentaron un total de 2.325 productos. Son muchos. Tantos que fue la segunda provincia en participación, después de la delegación de Barcelona, la organizadora. (8)
Entre todos los participantes obtuvieron un total de 218 galardones: 11 medallas de oro, 41 medalla de plata, 86 medallas de bronce, como las que obtuvieron los Baños del Relumbrar, 78 menciones honoríficas y 2 diplomas de honor. Todo un éxito que solo superaron las provincias de Barcelona y Madrid. Eso es competir al más alto nivel.
Joaquín Roa y Erostarbe publicó su Crónica de la Provincia de Albacete en 1894, pocos años después de la celebración de la Exposición Universal, analiza el resultado de esta participación (también en la muestra internacional de París de 1878). (9)
Cuadro con los participantes en la Exposición de 1888, por provincias. Los de Albacete elevaron a la segunda posición la presencia en el certamen, por detrás de la provincia anfitriona, Barcelona. Sorprende ver que Madrid solo estuvo representado por 190 expositores, menos de la mitad que nuestro territorio.
Según este autor la comisión provincial de Albacete fue la primera que presento su catálogo impreso y la primera en pedir terreno para su instalación, aunque, apunta, fue la última en adquirirlo y eso redundó
En perjuicio de grandes muestrarios, especialmente de los industriales, colocados en un estrecho y oscuro rincón de la nave 18 del palacio de la industria y ocultos por la instalación de la provincia de Córdoba”. Con todo, explica, el resto se exhibieron en el centro del salón izquierdo del vestíbulo central del palacio de la agricultura “llamando poderosamente la atención por su número, por la riqueza de sus envases y sobre todo por el buen gusto con fueron presentados.
Y eso tuvo su reflejo en las publicaciones y la prensa del momento. En el libro de honor del certamen se dice:
Si algún ejemplo de que querer es poder hubiésemos de citar a las Corporaciones populares que alegaron la falta de fondos para no concurrir al Certamen, ninguno más brillante que el que dio la Diputación provincial de Albacete. Nadie ignora que aquella comarca atraviesa en estos últimos años la crisis más desoladora. Las depreciaciones de los productos agrícolas, las competencias de los espartos argelinos, la langosta, la pérdida de las cosechas, todo ha coincidido para sembrar la miseria y el hambre en aquellos pueblos que faltos de vías de comunicación y de obras públicas y de grandes elementos de vida, han de sentir más que otros las calamidades públicas que los agobian.
Por lo que la situación, pese a este momento de esplendor no era nada halagüeña: malos precios agrícolas, competencias extranjeras, plagas de langostas que acababan con los cultivos, dando como resultado el aumento de miseria y hambre; una situación agravada por las malas comunicaciones y la falta de obras públicas; una situación, que en algunos aspectos, lamentablemente, ha cambiado poco. Pese a todo prosigue:
Y sin embargo y a pesar de lo costoso que son los transportes por los caminos de herradura que, más que carreteras, cruzan las sierras de aquel pato, la provincia de Albacete ocupó en la Exposición de Barcelona un lugar honrosísimo, principalmente en la sección de Agricultura. Aquí, sosteniendo el pabellón a la altura que conquistara en anteriores certámenes extranjeros, exhibió sus materiales de construcción, sus maderas, sus aguas mineromedicinales, sus renombrados cereales, sus variados vinos, sus ricos y puros azafranes, sus Incomparables materias textiles y, entre otros muchos que sería prolijo enumerar, los productos de sus industrias de cerámica, de metalurgia y de varias artes.
En uno de los diarios que recogió Roa Erostarbe se resaltó que:
La riqueza toda de la comarca consiste en sus cereales y en sus vinos, y muestras de unos y otros ha presentado, acaso en mayor proporción que ninguna otra provincia: el trigo en sus varias clases de trigo claro, candeal más o menos fino, recio, enano, rubión, racimal, la avena, la jeja, el maíz, la cebada, han tenido representación digna en los envíos hechos por la provincia de Albacete.
En otro:
Los vinos remitidos por la comisión organizadora han demostrado también que en aquella región hay una verdadera riqueza vitícola no apreciada hasta ahora ni conocida hasta el presente, aunque digna de competir, por la excelencia, abundancia y calidad de productos, con las comarcas de más fama en España y el extranjero respecto a los vinos.
Pero lo que más loas alcanzó fue la presencia de los objetos manufacturados por la industria del metal:
Pero la instalación que más honra a la provincia de Albacete es la hecha por la fábrica metalúrgica de San Juan de Alcaraz, donde se han expuesto multitud de objetos, algunos de ellos verdaderas obras de arte que prueban bien a las claras que dicha fábrica está montada como las mejores de la misma clase y que allí se aprovechan y conocen todos los adelantos de la industria.
Como el diario La Correspondencia, del 7 de agosto de 1888, en el que se enumeraba que se presentaron un total de 540 botellas de “vinos, aceites y otros caldos”, 30 frascos de azafrán y 15 de miel, además de otros productos como “cáñamo en rama, espartos, harinas, materias curtientes y colorantes, colecciones de piedras y aguas minerales, insectos y otra porción de objetos” en la sección agrícola. En su repaso a la parte Industrial echaba de menos mayor representación y se critique que solo se hayan presentado “algunas piezas de cáñamo elaborado, cacharros de muestras alfarerías y el pobre muestrario que expone el Ayuntamiento de esta capital de unas cuantas navajas y puñales”, algo que se subsanó con “el hermoso muestrario de los objetos metalúrgicos de San Juan de Alcaraz. El mejor y más abundante de los que la compañía ha pesado ya por todas las Exposiciones de Europa”. También por “los bellísimos muebles, estilo Renacimiento que presenta el modesto escultor Gregorio Guerrero, que han de llamar la atención de los amantes de las bellas artes”.
Plano cenital de los diferentes pabellones que formaban parte, unos cuadrangulares y otros triangulares, del Palacio de la Industria. En el número 18, sombreado en rojo, el lugar donde se exhibieron los productos llegados de Albacete. Abajo un grabado en el que se ve uno de estos pabellones, uno cuadrangular, vacío, no sabemos si antes o después de la celebración de la Exposición.
Un gran escaparate para Barcelona y toda España
Los productos traídos desde Albacete a Barcelona se expusieron, según el Catálogo Oficial, en el edificio número 18 uno de los doce en los que se desplegó la participación de España, en la estructura semicircular que se construyó al final del recinto que albergó el gran Palacio de la Industria, un enorme edificio de más de 70.000 metros cuadrados que se convirtió en el mejor escaparate de la producción española. El coste total de esta enorme construcción fue de 1.700.000 pesetas (de 1888).
La Exposición Universal estuvo abierta ente el 8 de abril y el 9 de diciembre de 1888. Participaron 22 países y la visitaron unas 2.240.000 personas. La muestra, como luego pasó con la Exposición Internacional de 1929 y los Juegos Olímpicos de 1992, sirvió para recuperar en Barcelona zonas urbanísticas degradadas o en desuso. En este momento, se recuperaba para la ciudad la zona donde se levantó la antigua ciudadela militar construida tras la debacle de 1714 que arrasó el barrio de la Ribera (al este de la ciudad). No se levantó para defender la ciudad, sino para controlarla, después de que las nuevas autoridades borbónicas destruyeran más de mil viviendas y echaran a sus habitantes de ellas. La exposición se celebró en el lugar de la antigua ciudadela militar que luego se convirtió en uno de los parques más grandes de la ciudad, el Parque de la Ciutadella. (10)
REFERENCIAS:
(1). La visita y la entrevista a Arturo Pastor Linares se realizó en compañía de Ismael Montañés y María Resta la calurosa tarde-noche del 9 de agosto de 2019.
(2). Boletín Oficial de la Provincia de Albacete, 28 de junio de 1886, p.3.
(3). En enero de 1895 este empresario de Alcaraz recibía amenazas por vecinos suyos. La prensa explicaba como la Guarida Civil había detenido a dos hombres, vecinos de la pedanía de Canaleja, Juan José Alfaro y Ángel Cabezuela Copete, “como presuntos autores de un anónimo dirigido en 16 del actual al propietario D. José María Massa Martínez”. Los detenidos le exigían 1.000 pesetas “en metálico, con amenazas de muerte y de incendiarle varias fincas”. Diario El día, domingo 27 de enero de 1895.
(4). Índice por clases y orden alfabético de todos los expositores que figuran en el Catálogo Oficial Especial de España, pp. 314, 316 y 325. Catálogo Oficial Espacial de España. Exposición Universal de Barcelona, 1888. Provincia de Albacete, pp. 12-27. La relación de productos agrícolas que figuran entre los productos llevados por los expositores albacetenses, con variedades de cereales y legumbres que hoy han desaparecido, como algunas de las que aparecen en el libro de Enrique Sánchez-Monge, Razas de maíz en España, Ministerio de Agricultura, Madrid, 1962, hace pensar en las posibilidades que tendrían la recuperación de muchas de ellas en la actualidad. Por suerte, hay instituciones que se ocupan de ello, como el Instituto Técnico Agronómico Provincial (ITAP) de la Diputación de Albacete que posee un banco de germoplasma y lleva años trabajando para recuperar variedades desaparecidas como este trigo, fino, claro de Albacete que llevó Massa a la muestra barcelonesa. Ver artículo publicado sobre el tema en El Digital de Albacete publicado el 23 de mayo de 2022.
(5). Luis Joaquín Bermúdez López, Notables alcaraceños, apuntes bibliográficos sobre Alcaraz y sus personajes más ilustres: Vandelvira, Simón Abril, Sabuco, Pareja, F. Fermín…, 2015. pp. 204 y 205
(6). Programas de fiestas patronales de Villapalacios desde 1944. En la web Historia de Villapalacios, consultada el 23 de febrero de 2023.
(7). Boletín Oficial de la Provincia de Albacete, 4 de octubre de 1875.
(8). Catálogo oficial especial de España, Exposición Universal de Barcelona, 1888. Provincia de Albacete
(9). Joaquín Roa y Erostarbe, Crónica de la Provincia de Albacete. Tomo Segundo, Apéndice 2, Albacete 1894, pp. 30-41.
(10). Para conocer el impacto de la exposición en la ciudad, es recomendable leer artículos como el de Manuel Viera de Miguel, Estereotipos nacionales e imágenes de poder en la Exposición Universal de Barcelona de 1888: “honra y orgullo de la patria española”, Anales de Historia del Arte 2013, Vol. 23, Núm. Especial, pp. 19-35.
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