Por José Ángel Montañés Bermúdez. 31 de agosto de 2023
La moneda de 8 maravedís acuñada durante el periodo de Felipe IV, 1621- 1625 y encontrada en Villapalacios.
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Antes de la primera acuñación de la peseta en 1869, y más tarde de los euros, en 2002, la moneda corriente más popular en España fue el maravedí; una moneda cuyo origen sitúan los numismáticos en el siglo XII, cuando los monarcas castellanos leoneses acuñaron monedas de oro copiadas de los dinares almorávides. Estas piezas dejaron de acuñarse a comienzos del siglo XIII, pero con los Reyes Católicos y su dinastía, los Austrias se recuperó pasando a ser una moneda de vellón, aleación de plata y cobre, o solo de cobre sin apenas valor, pasando a ser las monedas corrientes usadas en la vida diaria.
En los siglos XVI y XVII se acuñaron monedas de medio, uno, dos, cuatro, seis, ocho y dieciséis maravedís y estuvieron en uso hasta el siglo XIX, cuando en 1858 fueron sustituidos por los céntimos de real.
Una de esas monedas, en concreto 8 maravedís acuñada en Burgos entre 1621 y 1625 durante el reinado de Felipe IV, fue localizada hace unos nueve años en la proximidad de la ermita de San Cristóbal, en concreto entre los merenderos y los aseos que hay a los pies de este montículo tan vinculado con Villapalacios.
“Pensé que era una de las muchas chapas que hay por allí de botellas. Le iba dando patadas y me di cuenta de que pesaba más y que era una moneda”, explica su propietario desde entonces que la conserva en su casa junto con antiguas pesetas y billetes de la II República.
8 maravedís acuñados en Segovia (representado por el acueducto, a la izquierda del castillo), en 1622,
durante el reinado de Felipe IV. Obsérvese el perfecto estado de conservación y de acuñación.
Los ocho maravedís, de unos dos centímetros de diámetro, es el típico ejemplar de esta popular moneda. En el anverso se puede ver estampado en el campo un castillo con tres torres, la central un poco mayor que las dos laterales. Está dentro de un escudo español bajo corona real. En el lado izquierdo se lee claramente una ‘B’ que nos indica que fue acuñada en Burgos. Al estar mal acuñada es imposible ver lo acuñado en el exergo ni la grafila. Por otras monedas que se han conservado se puede afirmar que pondría: PHILIPPVS . IIII . D. G.
En el reverso se ve la parte superior de un león rampante hacia la izquierda dentro también de un escudo español bajo corona real. A la derecha del escudo se intuyen la parte inferior de un ‘1’ y de un ‘6’, pero no se puede ver el año exacto de la acuñación. Tampoco se puede ver la inscripción HISPANIARVM . REX que figuraría en el exergo. La grafila tampoco es perceptible en esta cara de la moneda.
8 maravedís acuñados en Burgos en 1623.
El maravedí fue una moneda de poco valor, ya que ocupaba el escalón más bajo del numerario castellano en los que por encima estaban los reales, moneda de plata que comenzó a circular en Castilla en el siglo XIV que fueron emitidos en denominaciones de ¼, ½, 1, 2, 4 y 8 reales, y los ducados, monedas de oro, que equivalían a 11 reales y a 375 maravedís.
Los maravedís protagonizaron las graves crisis económicas de los siglos XVI y XVII. Los Austrias depreciaban sus monedas a base de reducir el contenido de metal noble (las monedas estaban hechas de una aleación de plata y cobre) y así poder aumentar su número; un impuesto encubierto. Una pieza de cuatro podía acabar siendo de ocho maravedís, mientras que los precios de los alimentos y los productos subían, provocando un gran problema social. No será hasta el siglo XVIII cuando los Borbones unificaron las monedas en todos los territorios de la monarquía. Hasta mitad del siglo XIX el maravedí fue el dinero de cada día y de las personas con poco poder adquisitivo.
En este contexto surge la obra Tratado de discurso sobre la moneda de vellón del religioso Juan de Mariana (Talavera de la Reina, 25 de septiembre de 1536-Toledo, 17 de febrero de 1624) en la que realiza una defensa de la una moneda sana de valor estable y culpa a las clases dirigentes de su manipulación y devaluación, con el fin de aumentar sus recursos; algo que le ocasionó ser perseguido y su libro prohibido; sobre todo por personajes como el duque de Lerma, que lanzó sobre él toda su maquinaria legal y administrativa. La obra fue publicada en Colonia en 1609. (1)
8 maravedís acuñados en Burgos en 1625.
8 maravedís acuñados en Burgos, también en 1925.
8 maravedís acuñados en Segovia en 1925.
¿Y que se podría comprar con estos 8 maravedís aparecidos en Villapalacios?
Conocemos un documento fundamental contemporáneo a esta moneda. El llamado Arancel de precios de 1627, realizado a diligencia del Conde de Paredes en el que se fijan los precios de las mercancías que se vendieran no solo en Villapalacios, sino en las Cinco Villas del Señorío, según la Real Pragmática realizada por Felipe IV, además de los jornales de campesinos, ganaderos y obreros que realizaran trabajos en estas localidades.
El documento, inedito hasta que fue transcrito en mayo de 2008 por nosotros, fue objeto de un trabajo posterior realizado por Pedro Losa y Rosa Mª López . (2)
Según este exhaustivo documento, con ocho maravedís, se podrían comprar pocas cosas. Entre ellos una vara (unos 80 centímetros) de «paño», «una bara de estopa para tejer» y «una bara de cordellate», tejido basto de lana, cuya trama forma un cordoncillo.
Con dos de estas monedas se podía comprar «una paloma torcaz», «una libra [453 gramos] de peces», un «azumbre de leche», una medida que equivale a equivalente a cuatro cuartillos (2 litros y 16 mililitros) o unas «esparteñas»; unas alpargatas de esparto. Pero también se podía pagar con ese dinero el trabajo de un «laborante de paños», eso sí, «dándole de comer», ya que si no su sueldo era de 24 maravedís (4 de estas monedas), se entiende que al día. Y ya, con cuatro de estas monedas, era posible comprar en 1627 una «libra de queso y de requesón» y «una libra de tocino salado sin huesos».
En el Arancel la mayoría de los precios vienen marcados por los reales (moneda de plata que comenzó a circular en Castilla en el siglo XIV que fueron emitidos en denominaciones de ¼, ½, 1, 2, 4 y 8 reales) y los ducados (monedas de oro) que equivalían a 11 reales y a 375 maravedís.
San Isidro labrador por Francisco Ribalta en el siglo XVII (Museo de Bellas artes de Valencia).
Obsérvense las alpargatas (espardeñas) como las que se podrían comprar con estos 8 maravedís.
REFERENCIAS:
1. Mariana, Juan de (1987). Tratado y discurso sobre la moneda de vellón. Estudio introductorio de Lucas Beltrán. Instituto de Estudios Fiscales, Madrid.
2.- Losa Serrano, Pedro; López Campillo, Rosa Mª (2012). 'La Real Pragmática de precios de 1627. El arancel del Señorío de las Cinco Villas de la Sierra de Alcaraz'. En: Campo y campesinos en la España Moderna. Culturas políticas en el mundo hispáno. págs. 911-920. Edit: María José Pérez Álvarez, Alfredo Martín García. Fundación Española de Historia Moderna.
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