Historia de Villapalacios. Documentos.
Hachas prehistóricas de Villapalacios en el Museo de Albacete

25 de diciembre de 2019. Por José Ángel Montañés Bermúdez

 

 

Con esta entrada comenzamos una serie de publicaciones sobre el material que se encuentra depositado,
expuesto y en la reserva del Museo de Albacete con el fin de darlo a conocer.
Con la incorporación de cada uno de estos elementos y hallazgos se irá generando una especie de carta arqueológica del término municipal de Villapalacios, Albacete. La idea es situar en un mapa los principales restos localizados; un mapa en el que se añadirán elementos tanto del patrimonio histórico-artístico como natural del término. Para esta y para las otras entradas que se irán incorporando agradecemos la amabilidad y disponibilidad de Rubí Sanz Gamo, directora del Museo de Albacete.
Y como siempre, esperamos tu colaboración en el correo: villapalacios@historiadevillapalacios.es

 

 

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Las 11 hachas pulimentadas prehistóricas que se conservan en el Museo de Albacete procedentes de Villapalacios, juntas en un fotomontaje. / J. Á. M.

 

 

s Una de las primeras manifestaciones de la presencia y la actividad humana en el territorio, a falta de cerámica de momentos posteriores, son los restos de los instrumentos líticos que crearon los grupos humanos; antepasados milenarios de herramientas actuales como el teléfono móvil o el ordenador. Entre los primeros y los actuales, solo hay miles de años de diferencia. A todos les une la voluntad del hombre de adaptarse al medio y sobrevivir.

Tras los primeros cantos rodados y los objetos de sílex del Paleolítico (en un periodo que abarca un periodo tan enorme como 1.300.000 al 10.000 a. C.) la producción de útiles líticos evolucionó hacia piedras pulimentadas, más duras y resistentes en el Neolítico (en España con fechas que van entre el 5.700 y el 3.000 a.C.); un momento en el que el hombre dio un salto cuantitativo en su evolución y pasó de ser un depredador más dependiente de los recursos silvestres a domesticar plantas y animales y generar recursos; además de pasar de ser pueblos nómadas a constituir comunidades fijas, más o menos en un mismo territorio.

Para la siembra, recolección y almacenaje de cereales el hombre comenzó a realizar útiles como hoces de madera, molinos de mano para moler el grano y los primeros objetos creados con fibras vegetales, sobre todo el esparto, con los que creó recipientes y, seguramente, los primeros zapatos con los que se calzó. Un paso más sería la creación de arados; otra de las revoluciones de la humanidad que permitirán, con ayuda de animales como bueyes, asnos e, incluso vacas, hasta hace poco las mejores para arar en terrenos con desnivel, remover mejor la tierra y labrar una mayor extensión de terreno en menos tiempo.

Entre todos los nuevos instrumentos, los más característicos (y por eso son considerados como fósil-guía) son las hachas, de perfil simétrico, sección biconvexa y filo curvo capaz de talar y cortar árboles. De tamaños variables suelen rondar los 10 y 15 centímetros, aunque hay otras más grandes, posiblemente para otras utilidades. En cuanto a la cronología, en Europa se puede hablar de su uso a partir del Neolítico Medio, hace unos 6.600 años hasta los inicios de la Edad del Cobre y la metalurgia, hace unos 5.300 años.

La elaboración de útiles pulimentados implicaba seleccionar piedras duras. Las más utilizadas las basálticas, graníticas y mármoles. El proceso, que se ha calculado de unas 10 horas para crear cada una de ellas, comenzaba con la configuración de la pieza por percusión, desbastado por abrasión y pulimento que daba el aspecto y textura final a la pieza y configuraba su filo. Al final se enmangaban en un astil de madera, perpendicular al filo; unos mangos que no han llegado por el deterioro de la madera.  

 

 

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Hacha neolítica en su mango de madera y detalle. A la derecha, detalle del ensamblaje con el mango de madera.




En la provincia de Albacete son numerosos los restos neolíticos, algunos conocidos desde hace décadas como los provenientes de Cueva Santa de Caudete y Cueva del Niño de Ayna, donde apareció un famoso vaso globular con decoración incisa. Pero la escasez de trabajos arqueológicos hace que este periodo sea conocido, sobre todo, por hallazgos casuales por parte de campesinos y pastores mientras realizan sus labores; la mayoría de los cuales se han acabado llevando las piezas a casa, o no, porque estas piedras, conocidas popularmente como “piedras de rayo” o “puntas de rayos” o también “chispas”, cuando eran localizadas, se colocaban en los majanos cercanos con el fin, creían, de que los futuros rayos no cayeran en mitad del campo. Al atribuírseles propiedades curativas y mágicas, otros las colocaban sobre los tejados o las paredes de sus casas, para que las protegiera.
Una atribución que viene de lejos porque ya la recogen autores como Plinio y Suetonio. (1)

 

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Vitrina del Museo de Albacete en la que se exponen varios vasos neolíticos. De izquierda a derecha: Recipiente del abrigo del Molino de Vadico (Yeste), la famosa botella con decoración incisa de Cueva del Niño (Ayna) y el cuenco con decoración impresa de Santa Ana (Caudete). / JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS

 

 

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El vaso neolítico de la Cueva del Niño de Ayna que se conserva en el Museo de Albacete.
Clica sobre la imagen para poder aumentar el tamaño y ver todos sus bellos detalles.

 

El mejor estudio global del tema es el de Gabriel García Atiénzar El yacimiento de Fuente de Isso, Hellín, y el poblamiento neolítico en la provincia de Albacete, publicado por el Instituto de Estudios Albacetenes en 2010 que pone de relieve la importancia de la ocupación neolítica de lo que es la provincia de Albacete que nada tiene que envidiar a zonas cercanas como la murciana, andaluza o valenciana, después de analizar los diferentes fondos arqueológicos. (2)

En el Museo de Albacete se conservan un buen número de piezas de toda la provincia de "hachas pulimentadas". La mayoría han ingresado por donación, no contando con toda la información sobre el contexto y la procedencia geográfica exacta en la que fueron localizadas. Entre ellos hay muchas piezas de localidades de la zona suroeste de la provincia como Bienservida, Povedilla, Vianos y, como no, Villapalacios.

En la vecina Bienservida se han localizado hachas, fuera de contexto arqueológico, en lugares como Huertas de Córdoba, Los Tintares, Loma del Gato, la ermita de Turruchel, Pilas Verdes y cerca de la ermita de San Blas y en la montaña de Cerro Vico. (3)

En el caso de Villapalacios son 11 las piezas que se conservan en el Museo Provincial de Albacete. Ninguna está expuesta. Todas han llegado gracias a la donación de los habitantes de esta localidad que, tras encontrarlas, las han entregado, y han acabado en este museo público, donde todo el mundo las puede ver y estudiar. Pero, como veremos luego, son muchas las que permanecen en manos de los villapalacenses.

Como ocurre con otros objetos arqueológicos ocho de ellas remiten a diferentes zonas o parajes, como Cardos, La Charcas y la Dehesa Sur, mientras que las otras cuatro no se saben de dónde proceden.

Como se apuntaba anteriormente, son muchas las personas en Villapalacios que conservan en sus casas piezas localizadas y reunidas a lo largo de los años. En el año 2000 Petra Montano Algaba en su trabajo Nuevos asentamientos romanos en Villapalacios: Matasancho y 'Prado' Alcaraz presentado en el II Congreso de Historia de Albacete, publicado en 2002, daba a conocer uno de estos conjuntos que casi supera en número al conservado en Albacete. Montano, cuando enumera el material asociados que aparece en superficie del yacimiento de Matasancho en San Cristóbal, habla de un conjunto de "ocho hachas de piedra pulimentadas, cuatro de ellas fragmentadas de piedra oscura y otras cuatro hachas completas de menor tamaño, una de ellas en cuarcita de color claro. Miden entre 7 y 12 centímetros, sección oval y con extremos apuntados. Están depositados en colección particular". (4)

Esta es la foto que se publicó en este artículo, en la que aparecen siete de las ocho hachas aparecidas en el contexto del yacimiento romano de Matasancho en San Cristóbal:

 

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Conjunto de hachas pulimentadas de Villapalacios. / PETRA MONTANO ALGABA

 

Como se puede apreciar, las siete hachas presentan unas características muy similares al conjunto depositado en el Museo de Albacete. La única diferencia es que,en este caso, se desconoce la procedencia de todas ellas, por lo que se pierde la información fundamental del contexto arqueológico que las motivó.

Pero hay más hachas, como estas dos localizadas en dos lugares diferentes del término municipal: Cardos y el Alto de los Guijarros, que pertenecen a otras dos personas de Villapalacios:


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Hachas localizadas en Cardos y en el Alto de los Guijarros, en manos de particulares. / J. Á. M.



De otras piezas solo se conoce el rastro por la documentación que se conserva en el Museo de Albacete.

El 16 de septiembre de 1971 La voz de Albacete publicó una noticia referente a Villapalacios. Bajo el título Un guardia forestal halla un hacha gigantesca del Paleolítico explica como el guarda forestal José Copete "cuando estaba de servicio por su función encontró una curiosa hacha pulimentada de los primeros pobladores". Tras explicar algunas de las excelencias físicas del término en las que cita la existencia de "piedras marmóreas con mezcla de hierro", el texto prosigue: "A esta última clase de piedra negruzca que contiene óxido de ferrum pertenece la rica pieza hallada en la Sierra de Guadalmena por este hombre y que pesa dos kilogramos y doscientos gramos". La nota acaba interpretando su posible uso: "Esta hacha está teniendo diversas opiniones y por su forma y tamaño parece que se usó como arma defensiva y para la captura y muerte de animales salvajes, que aún en estas fechas abundan por este grato término".

La publicación tuvo un efecto inmediato: El mismo día de publicarse, el Director y Consejero Provincial de Bellas Artes escribe al alcalde, Federico Cabezuelo, pidiendo que este objeto y otros, como un plato partido realizado de "un material negruzco" aparecido en la Loma de la Casilla, sean recogidos en el Ayuntamiento "del mismo modo que todos los hallazgos casuales que se producen en este término municipal tanto sean depositados definitivamente en este museo". En el caso del hacha dice:

"Debe ser, por tanto, igualmente recogida por Vd. el hacha neolítica hallada por el guarda forestal Sr. Copete a la que se refiere la noticia publicada por el periódico La Voz de Albacete, correspondiente al día de hoy".

Casi un mes después el alcalde le contesta que el hacha ya no está en Villapalacios, sino que ha viajado a Madrid, a casa del hermano del guarda forestal, Emiliano Copete Marín, tal y como se puede leer en la carta remitida al consejero Provincial de Bellas Artes:

 

 

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La noticia publicada en 1971 con el hallazgo de la enorme hacha y la carta reclamándola desde Albacete. / MUSEO DE ALBACETE

 

En la documentación que se conserva en el Museo de Albacete aparece un escrito de Joaquín Linares Quijano, que figura como Secretario de la Hermandad de Labradores, en la que asegura que en su casa tiene "bien guardado": "un hacha de piedra pulimentada, un fósil de unos 23 centímetros de largo por unos 8 de largo que parece ser cuerno. Moneda de cobre romana". Pero no se dice nada de la procedencia de ninguno de estos materiales.

Además, con fecha del 2de noviembre de 1983 existe una ficha con datos de otros objetos localizados en el término, al parecer unos tres años antes, en 1980 "en el yacimiento de la Ermita de San Cristobal". Según se puede leer: "Molinos de mano redondos y hachas que se encuentran en la Escuela". También asegura que "Hay noticias orales del hallazgo de alguna vasija". En el apartado de descripción del yacimiento puede leerse: "Ladera del Alto y la Hoya de los Guijarros"; un lugar ocupado por olivos, como consta en otro de los apartados. Según el croquis, la zona del Alto hoya de los Guijarros, está más arriba de la ermita, en plena sierra que divide las localidades de Villapalacios y Bienservida; un lugar que coincide con otra de las piezas que ya hemos apuntado con anterioridad. Lo que no sabemos, por ahora, si estas hachas y las que aparecen en el trabajo de Petra Montano son las mismas, puesto que coinciden en procedencia.

En total, conocemos la existencia de 22 hachas:

11 depositadas en el Museo de Albacete
7 procedentes del yacimiento de Matasancho, que permanecen en propiedad privada
2 que están en manos particulares procedentes de Cardos y el Alto de los Guijarros
1 que econtró el guarda forestal y que viajó a Madrid

1 que aseguraba tener en casa Joaquín Linares Quijano, sin especificar procedencia

No sabemos si las que se aseguran que en 1983 estaban en la escuela permanecen allí o si son las mismas siete que están en manos privadas. Prometemos averiguarlo.

 

Y este es un mapa con cada uno de los hallazgos, no tanto con la intención de indicar un punto concreto (que invite a los expoliadores), sino con la de indicar amplias zonas dentro del término que permitan ir configurando una carta arqueológica:

 

 

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En el Museo de Albacete también se conserva una información de interés vinculada con una de estas piezas. El gesto altruista y bondadoso de un hombre que quiso que estos objetos acabaran en el museo provincial y no se perdieran tras su fallecimiento. En efecto, en mayo de 201o Fernando Vidal Massó se puso en contacto con este centro cultural para hacer entrega de dos hachas pulimentadas. Lo recuerda la conservadora del museo, Blanca Gamo Parras, que por entonces era directora del centro. "Nos llamó y dijo que quería hacer entrega de las piezas y le dije que yo tenía que hacer pronto un viaje a Cádiz, ciudad donde él vivía". El 24 de mayo se materializó la entrega, tal y como recoge un documento que firmaron el donante y la directora, en nombre de su museo y del Ministerio de Cultura.

No sabemos cómo llegaron a su mano las dos piezas. La suerte es que, en una de ellas, la más pequeña de todo el conjunto que conocemos relacionadas con Villapalacios, aparece siglado el nombre de la localidad. La otra procedía del término municipal de Albacete, de un paraje situado entre el camino de Molinicos y la carretera de Jaén, según un croquis que pintó el propio Vidal Massó y que puede verse entre el expediente de entrega. En la reserva del museo se conserva la pieza con la cajita de cartón gris en la que la conservó y la entregó.

¡Que cunda su ejemplo!

 

 

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La ficha con la imagen de las dos piezas entregadas en 2010.
A la derecha, imagen de la pequeña hacha y la caja en la que se ha conservado. / J. Á. M.

 

 

s NOTAS:

(1). Rubén de la Rosa Sánchez, Hachas pulimentadas prehistóricas del valle medio del Duero: la colección del Museo Arqueológico de Valladolid, 2016. Universidad de Valladolid, p. 3. El trabajo de final de master presenta una sistematización de la tipología y los usos a partir de los trabajos previos; su fabricación, los materiales de fabricación y su distribución; además del uso y su contextualización; aspectos que van más allá de objetivos de este trabajo.

(2). Gabriel García Atiénzar, El yacimiento de Fuente de Isso, Hellín, y el poblamiento neolítico en la provincia de Albacete, Instituto de Estudios Albacetense, 2010.

(3). Rafael Castillo Morales, (ed.), Bienservida en sus documentos,  Albacete, 2008, página 24.

(4). Petra Montano Algaba. Nuevos asentamientos romanos en Villapalacios: Matasancho y 'Prado' Alcaraz, II Congreso de Historia de Albacete. Volumen I. Arqueología y Prehistoria. Pgs. 219-238. Instituto de Estudios Albacetences. Albacete, 2002.

 


 

 


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