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Historia de Villapalacios. Documentos.
Milagro de la Virgen de Cortes a Isabel Martínez Vezares, natural y vecina de Villapalacios, alrededor de 1740
15 de enero de 2022. Por José Ángel Montañés
Medalla antigua de la Virgen de Cortes
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Este 2022 se celebra el 800 aniversario de la aparición de la Virgen de Cortes a un pastor de la Solanilla sobre una encina. Después de estos ocho siglos el culto y la creencia en los poderes de esta Virgen siguen vivos y no hay nadie en Villapalacios, la comarca de Alcaraz, en toda la provincia y en muchas de las que delimitan con Albacete que no hayan oído o hayan visitado la imagen que se custodia en la ermita de su santuario, a unos kilómetros de la ciudad de Alcaraz.
La Virgen de Alcaraz le debe mucho a un monje. El padre franciscano Esteban Pérez de Pareja que escribió en el siglo XVII la Historia de la primera fundación de Alcaraz y milagroso aparecimiento de Nuestra Señora de Cortes (1). El libro es un repaso hagiográfico de la Virgen y la ciudad de Alcaraz en el que recoge un buen número de hechos, datos y nombres de lugares y personas.
Uno de ellos es el de Isabel Martínez Vezares, natural y vecina de Villapalacios, que sanó al invocar el nombre de la Virgen.
Este es el texto que aparece en la obra, transcrito como se publicó en 1740, que, además es la única referencia que aparece en esta obra a Villapalacios:
Alegría de todo linaje humano, que comunica à el mundo el beneficio de la salud, llamà à MARIA Santísima San Efrèn: Totius humani generis laetitia, falus mundi. Y aunque à todos los males, se extiende su virtud; en los mas peligrosos, parece está mas prompto su favor. Assi lo experimentò Isabèl Martinez Vezares, vezina, y natural de Villapalacios.
A èsta le acometió el peligroso accidente de perlesía: los ojos, como saltados; la boca muy torcida: y en todo tan desfigurada, que los que mas la avian tratado, no la conocían. En este estado tan lastimoso estuvo tres días, juzgándola todos por difunta. Parece que nuestra Divina Reúna Maria Santísima aguardaba, que implorasse su Patrocinio, para favorecerla: pues aunque quedó innoble, se le aclaró algo la razón; y recurriendo en su interior a su Divina Protectora, ofreció à su Magestad, que si con su Soberana intercesión le alcançava de su Divino Hijo la salud, la avia de visitar en su Santa Casa de Cortes, yendo descalça desde el Humilladero.
Y lo mismo fue hacer la promessa, que conocer mejoría milagrosa, pues quedó perfectamente buena. No cumplió, con la promptitud que devia, la promessa: y passados algunos días, tuvo quien le acusasse su descuido; pues le acometió, aunque con suavidad, el mismo accidente. Tuvolo por aviso de su ingrato olvido: y al punto cumplió su promessa, con las mismas circunstancias, que la avia ofrecido; con lo que se assegurò de los insultos de este mal alevoso.
Romería de la Virgen de Cortes, un 8 de septiembre de hace unos pocos años. / FOTO SANTUARIO DE CORTES
COMENTARIO:
Isabel Martínez Vezares sufrió un ataque de perlesía, una especie de parálisis que se manifiesta con una privación o disminución del movimiento de partes del cuerpo y una debilidad muscular, al parecer, producida por la mucha edad, acompañada de temblores. En palabras del padre Pareja: ojos saltados, boca torcida y desfigurada que la hacían irreconocible. “En ese estado tan lastimoso estuvo tres días, juzgándola todos por difunta”, llega a escribir.
Pero tras invocar el nombre de la Virgen y prometer que si recuperaba su salud iría descalza desde el Humilladero, sanó.
El humilladero era un edificio abovedado erigido antes de la segunda mitad del siglo XVII, a mitad de la distancia del camino que comunicaba la población con el santuario, en el que se veneraría una imagen de la Virgen de Cortes y en el que podían descansar o refugiarse de la lluvia o las tormentas durante la procesión o todos los pasajeros que pasaran por allí (2). Desde allí prometió Isabel ir descalza, como muchas personas, sobre todo mujeres siguen haciéndolo hoy en día desde el “empalme” con la carretera nacional, unos dos kilómetros en cuesta que acaban a las puertas del santuario.
Pero su alegría fue pasajera. Tal y como se recuperó, se olvidó de su promesa. Y al poco tiempo, “al paso de unos días”, pues le acometió “aunque con más suavidad”, la misma dolencia, ganándose los insultos “de esta mal alevoso”.
No hemos encontrado a Isabel Martínez Vezares en los libros de bautismo de la parroquia de San Sebastián de Villapalacios. Si aparece el apellido Vezares, pero escrito “Bezares” y también “Becares”. Quizá la referencia y la noticia la tuviera el padre Pareja de tiempos anteriores, con lo que si que pueda figurar esta mujer en nuestra localidad años antes. Seguiremos buscando. (3)
A Isabel le pasó lo que a muchas personas: se olvidan de sus promesas cuando ven el mal pasar. Pero las promesas pesan y subiendo la famosa cuesta que va al santuario se han visto a mujeres y hombres subir a coscoletas (a la espalda) a hijos e hijas ya mayores por no hacer un feo a su Virgen de Cortes.
BIBLIOGRAFÍA:
(1). Esteban Pérez de Pareja, Historia de la primera fundación de Alcaraz y milagroso aparecimiento de Nuestra Señora de Cortes, 1740. Copia digitalizada por el Instituto de Estudios Albacetenses. Serie II, Clásicos albacetenses. Para poder consultarla clica en este enlace
(2). José Sánchez Ferrer, La Virgen de Cortes. Alcaraz. Instituto de Estudios Albacetenes, Serie I, Estudios. Número 226, Albacete, 2016, páginas 559 y 560.
(3). Libro de Bautismo de la iglesia de San Sebastián de Villapalacios, Libro 5, (1717-1774). Archivo Diocesano de Albacete.