Historia de Villapalacios. Temas.
Los panteones del cementerio construidos en 1904
Fotografía de mitad de los años sesenta de los tres panteones originales construidos a comienzos del siglo XX por orden de Pedro Antonio Muñoz Garrido. Son los tres de la izquierda. El de la derecha no pertenece al proyecto original. / FOTO ARCHIVO FAMILIA MONTAÑÉS BERMÚDEZ.
Julio Marín Rodríguez, Rosario Bermúdez y José Ángel Montañés, en la
tumba de Julio Rodríguez y Ángel Bermúdez, los dos esposos de Basilisa Bermúdez,
en 1966. / FOTO ARCHIVO FAMILIA MONTAÑÉS BERMÚDEZ.
Uno de los elementos más monumentales que se conservan en Villapalacios está lejos del centro de la localidad y lejos de los circuitos de la vida diaria de este pueblo. Se trata del conjunto de panteones construidos a comienzos del siglo XX a iniciativa de uno de los personajes más destacados de la historia reciente de nuestro municipio: Pedro Antonio Muñoz Garrido, que pronto será objeto de un primer estudio histórico y biográfico por nuestra parte.
Cuando se explicó la construcción del cementerio municipal en la segunda mitad del siglo XIX, en concreto en 1862, el ayuntamiento trataba de cumplir la nueva normativa de higiene enterrando a sus muertos lejos del centro de la localidad y apartado de la iglesia parroquial de San Sebastián como se había hecho hasta entonces. El nuevo cementerio se construyó a las afueras y en el acta municipal del 21 de diciembre de 1862 en la que se aprobaba y se mencionaba que ya era una realidad se especificaba que el cementerio "reune todos los requisitos y circunstancias que el Señor Gobernador dispone en precitada circular". Asimismo, se especificaba que el nuevo lugar "ocupa un sitio opuesto a los vientos dominantes en la población", garantizándose que no habría malos olores o problemas de salud pública.
El nuevo cementerio se construyó al final de la actual calle Bolea y tal y como se puede ver en el detalle de la fotografía de los años sesenta realizada por Belda es un recinto con una muro de piedra encalado en el que, en ese momento, no abundaban las sepulturas.
Foto de Jaime Belda Martínez de la calle Bolea con el cementerio al fondo en el que, aparte de comprobar
la poca densidad del cementerio entonces, sobresalen los panteones de Antonio Muñoz. / FOTO DE JAIME BELDA MARTÍNEZ.
¿Pero en qué momento
se construyeron estos panteones, quién los mandó construir y quienes están enterrados en ellos?
Como siempre son los documentos los que ayudan a conocer la respuesta a muchas de las preguntas que nos realizamos sobre el pasado de esta localidad. El Archivo Municipal de Villapalacios conserva, como ya se ha explicado en muchos otros lugares de esta página web, las actas municipales en las que se asentaron los acuerdos municipales del municipio a lo largo de los años, una práctica que se sigue realizando hoy en día.
Según una de estas actas, el 8 de junio de 1904 los representantes municipales, presididos por el alcalde Antonio Resta Martínez acuerdan en el pleno municipal extraordinario dar el consentimiento para construirlos.
Según se explica, es un vecino de Madrid, de nombre Manuel Arias Brocal, el que en representación de los testamentarios de Pedro Antonio Muñoz Garrido, que había nacido en Villapalacios en 1834 o 1836, y donde seguía viviendo su única familia: sus hermanas María Magdalena y Ana Josefa Muñoz Garrido y sus sobrinos, para que le concedan permiso para "un trozo de veinte metros cuadrados superficiales, o sea cinco de ancho por cuatro de fondo, para construir un panteón donde descansen los restos del expresado Sr. Muñoz".
Acto seguido el tal Arias Brocal presentó a los concejales unos planos con el proyecto y el diseño que había traído consigo de Madrid. Ante tal despliegue, los concejales, después de "amplias discusiones, resolvió que es conveniente acceder". Y lo hace porque "de lo que se trata de construir ha de favorecer mucho el ornato del cementerio, atendida la belleza y elegancia que la edificación ha de tener". Por todo lo anterior, se acuerda acceder a lo solicitado, designar peritos para "señalar el emplazamiento del panteón que se trata de construir y tasen el valor de los veinte metros cuadrados de superficie que ha de ocuparse".
A los pocos días, el día 11 de junio, el pleno del Ayuntamiento se vuelve a reunir, también de forma extraordinaria. Se da cuenta de que se ha estudiado la solicitud y se acuerda ceder, "a perpetuidad" el terreno solicitado "ó sea, veinte metros cuadrados superficiales (cinco de ancho y cuatro de fondo) en el cementerio de este pueblo a la parte derecha entrando como a unos doscientos de la pared de saliente". En el acuerdo se dice que: "sobre dicho terreno, en lo sucesivo, no tenga derecho alguno de propiedad, el Ayuntamiento". Según se estipula, los albaceas tendrán que pagar por el terreno "la cantidad de ciento veinte y cinco pesetas".
No conocemos los planos que al parecer se presentaron ante los concejales hace más de cien años que les convenció de la conveniencia de ceder el terreno para construir estos panteones. Quizá, como se acordó, se devolvieron al representante de los albaceas. Serían ellos los que se encargarían de construirlos, posiblemente enviando a operarios desde Madrid, algo que les sería más facil, porque en la localidad no habría nadie que los supiera hacer al no tener modelos que imitar.
Tampoco conocemos las fechas en las que se comenzaron a construir los panteones, ni cuando se dieron por terminados. Tampoco quién fue quien los estrenó; porque a diferencia de lo que ocurría cuando los muertos se enterraban en el interior de San Sebastián, luego las actas de defunción no recogen dónde se entierra a los muertos. Lo único seguro es que no se destinaron, tal y como se decía, para enterrar al promotor de los mismos: Cuando se construyeron, Pedro Antonio Muñoz Garrido ya había sido enterrado en Madrid mese antes, en el cementerio de la Almudena; en concreto el día 22 de abril anterior, tal y como aparece en su esquela publicada en la prensa madrileña y que alguien pegó en la parte posterior de la única fotografía que se conoce de él.
Fotografía de Pedro Antonio Muñoz Garrido y su esquela de 1904 pegada en la parte posterior de la misma.
/ ARCHIVO FAMILIA MONTAÑÉS
Y SU TUMBA EN EL CEMENTERIO DE LA ALMUDENA DE MADRID:
Esta es la tumba de Antonio Muñoz Garrido en el cementerio de la Almudena de Madrid, después de que fuera localizada por Roberto Moreno en 2005, en la zona histórica del mayor cementerio de Madrid. Como puede verse, su estado es lamentable ya que nadie se ha ocupado de su mantenimiento en estos últimos años. Incluso nos atrevemos a decir que nadie se ha ocupado de ella desde el fallecimiento de Antonio Muñoz Garrido en 1904, hace más de un siglo.
Dos imágenes de la lápida rota que cubre la sepultura de Antonio Muñoz Garrido
en el cementerio de Almudena de Madrid en 2005. / ROBERTO MORENO.
Y estos son algunas imágenes de los panteones del cementerio de Villapalacios en la actualidad, y un detalle de la parte superior de los tres: la central más alta y a cada uno de sus lados, más bajas las destinadas para sus hermanas María Magdalena y Ana Josefa Muñoz Garrido y sus hijos.
Los panteones que mandó hacer Antonio Muñoz Garrido en el cementerio de Villapalacios en 1904. / FOTO DE J. Á. M.
Detalle de la parte superior de los panteones de 1904. /FOTO DE J. Á. M.
DOCUMENTOS:
Acta de la sesión extraordinaria celebrada el día 8 de junio de 1904.
….En Villapalacios a ocho de Junio de mil novecientos cuatro, previa convocatoria al efecto, y bajo la presidencia del Sr. Alcalde Don Antonio Resta Martínez se reunieron los señores concejales que al margen se relacionan para celebrar sesiones extraordinarias al objeto indicado en las cédulas de convocatoria. Ynmediatamente se dio cuenta de una solicitud presentada por Don Manuel Arias Brocal (vecino de Madrid), en representación de los Testamentarios de don Pedro Antonio Muñoz Garrido, pidiendo se le conceda en el cementerio público de esta villa un trozo de terreno de veinte metros cuadrados superficiales, o sea cinco de ancho por cuatro de fondo, para construir un panteón donde descansen los restos del expresado Sr. Muñoz, y a la vez se exhibieron los planos y diseños de la obra proyectada presentados por referido Sr. Arias Brocal el Ayuntamiento después de amplias discusiones, resolvió que es conveniente acceder a las pretensiones del Sr. Arias, porque el panteón que se trata de construir ha de favorecer mucho al ornato del cementerio, atendida la belleza y elegancia que la edificación ha de tener, según se desprende de los planos, que se tienen a la vista; y por tanto la corporación acordó:
1º acceder en principio a lo solicitado por el Sr. Manuel Arias Brocal;
2º Que por la Alcaldía se tramite el expediente oportuno y se designen peritos que dictaminen acerca de si conviene o no para el ornato y uso del cementerio la concesión del terreno que se pide, se señale el emplazamiento del panteón que se trata de construir y tasen el valor de los veinte metros cuadrados de superficie que ha de ocuparse;
3º Que hecho todo lo expresado se de cuanta del expediente a la corporación para su resolución definitiva; 4º Que se devuelvan los planos y diseños presentados a D. Manuel Arias Brocal; y 5º Que se lleve certificación de este acuerdo al expediente antes aludido.No habiendo mas asuntos de que tratar el Sr. Alcalde levantó la sesión extendiéndose la presente acta que firmen todos los señores concurrentes que saben de lo que yo el secretario certifico.
Antonio Resta / Gabriel Quijano / Palazio Rodríguez / Candelario Molina / Juan Membrilla
Por si y a ruego del concejal Don Eugenio Montano Ramírez, que se encontraba presente y declara no saber firmar, lo hace el infrascripto secretario.
José Cuenca y Milán
Acta de la sesión extraordinaria celebrada el 11 de junio de 1904:
En Villapalacios a once de Junio de mil novecientos cuatro, previa convocatoria al efecto y bajo la presidencia del Sr. Alcalde Don Antonio Resta Martínez, se reunieron los señores concejales que al margen se expresan para celebrar sesiones extraordinarias al objeto indicado en la cédula de convocatoria.
Acto seguido se dio cuenta del expediente instruido para la cesión de terreno, en el cementerio de esta villa, a los Albaceas Testamentarios de Don Pedro Antonio Muñoz Garrido, para la construcción de un panteón que dicho Sr. dejó encargado en su testamento, y promovido dicho expediente por Don Manuel Arias Brocal, en representación de dichos señores Albaceas, examinado detenidamente repetido expediente así como la tasación del terreno hecha por los peritos al efecto nombrados, la corporación por unanimidad acordó:
1º Que se ceda, a perpetuidad, el terreno solicitado, ó sean veinte metros cuadrados superficiales (cinco de ancho y cuatro de fondo) en el cementerio de este pueblo a la parte derecha entrando como a unos doscientos de la pared de saliente.
2º Que sobre dicho terreno, en lo sucesivo, no tenga derecho alguno de propiedad, el Ayuntamiento puesto que en virtud de esta cesión para el domino de la testamentaria de Don Pedro Antonio Muñoz Garrido y después a sus herederos; conservando el Ayuntamiento solo los derechos de inspección y vigilancia que le concedan las leyes de policía y sanidad.
3º Que los albaceas del mencionado Sr. Muñoz satisfarán por la cesión del terreno que es objeto de este acuerdo, la cantidad de ciento veinte y cinco pesetas, en que ha sido tasado por los peritos al efecto designados.
4º Que el terreno cedido solo podrá dedicarse a las construcciones del panteón encargado en su testamento por el repetido Sr. Muñoz y no a ningún otro objeto.
5º Que al Ayuntamiento no se le podrá exigir el otorgamiento de mas titulo justificativo de la cesión; que certificado, de este acuerdo, que se expediera para entregarlo a Don Manuel Arias Brocal, a los efectos que correspondan, así como la oportuna carta de pago al realizarse en arcas municipales el ingreso de la cantidad antes mencionada.No habiendo mas asuntos de que tratar el Sr. Alcalde levantó la sesión, extendiendose la presente acta que firman todos los señores concurrentes, que saben de lo que yo el Secretario Certifico.
Antonio Resta / Nazario Rodríguez / Gabriel Quijano / Candelario Molina
Por si y a ruego del concejal Don Eugenio Montano Ramírez, que se encontraba presente y declara no saber firmar, lo hace el infrascripto secretario.
José Cuenca y Milán