Historia de Villapalacios. Temas
Los escudos de Villapalacios
La localidad cuenta con escudo desde 1976, pero se conservan un par de blasones de los siglos XVI, vinculados con los Condes de Paredes, señores de este pueblo desde 1436
Por José Ángel Montañés. Publicado el 24 de abril de 2010
Fachada del Ayuntamiento de Villapalacios, con el escudo oficial de la localidad desde 1976. / FOTO J. Á. MONTAÑÉS.
Villapalacios dispone de escudo oficial desde el año 1976, fecha en la que el Real Decreto 2644/1976 autorizó a esta localidad a adoptar un emblema heráldico.
El Ayuntamiento, no teniendo escudo propio, pidió por esas fechas la elaboración de una propuesta al coronel Emilio Serrano y de Lasalle, Jefe del Departamento de Genealogía y Heráldica del Museo del Ejército. Este experto genealogista, basándose en uno de los documentos más populares conservados con respecto a Villapalacios, las Relaciones Topográficas de Felipe II elaboradas en el año 1578 y depositado en la biblioteca del Monasterio de El Escorial de Madrid, propuso, que las armas de este municipio deberían ser las de Rodrigo Manrique, primer Conde de Paredes.
En efecto, en las Relaciones... los mismos vecinos respondían a la pregunta VII del cuestionario:
¿El escudo de armas que el dicho pueblo tuviese, si tuviese algunas, y por qué causa y razón las haya tomado, si algo de ello se supiese?
Que: Esta villa no tiene escudo de armas (mas) que de los sennores condes de Paredes cuya es esta villa tienen debuxadas vn escudo que ponen en el leones y castillos y calderas. (Relaciones Topográficas, capitulo VII).
1 . 2
. 3.4.
Según la propuesta de Serrano el escudo debería ser:
“Escudo partido: en el primero en campo de gules (rojo) dos calderas de oro (amarillo) y sable (negro), puestas en palo (una sobre la otra), y con seis cabezas de sierpes (serpientes) de sinople (verde), cuatro salientes de los extremos y dos dentro de las mismas. En el segundo: partido y cortado en dos; en el primero, tercero, quinto, séptimo y noveno: en campo de plata un león rampante de gules; y en segundo, cuarto, sexto y octavo, en campo de gules, un castillo de oro (amarillo), clarado de azur (azul). Al timbre: corona de conde”.
El informe basaba la propuesta del segundo campo en el hecho de que los primeros Condes de Paredes, lo habían representado así: con nueve piezas, tal y como recoge la obra de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Lara, justificada con pruebas, publicada en el año 1697, que ilustra cada capítulo con el escudo de cada personaje.
Enviado el informe a la Real Academia de la Historia para su aprobación, ésta dictaminó algunos cambios, como que la corona debería ser la real cerrada, como la de todas las poblaciones de España, tal y como se recoge en el boletín correspondiente. Veamos:
El Ayuntamiento de Villapalacios (Albacete), solicita se le faculte para traer blasón. Organiza este con las armas condales de Paredes de Nava, un largo tiempo señores de la expresada localidad.
Razonable esta disposición heráldica, aunque el linaje de Manrique de Lara traiga, generalmente, en bordura las armas que aqui se pintan para un 2º cuartel.
Así, pues, elescudo de Villapalacios podria ser: Partido. 1º, de gules, dos calderas jaqueladas de oro y sable, puestas en situación e palo; con seis cabezas e sierpe, de sinople, cuatro salientes de los extremos y dos dentro de las mismas. 2º compnado de 12 piezas, seis e gules, con un castillo de oro. Al tiembre, corona real, cerrada. (Y no la condal, privativa de esta familia, por el proposito, tantas veces expuesto por la Real Academia, de que timbre común de nuestras armerías civiles sea la expresada corona regia con diademas).
La Academia, no obstante, resolverá.
Madrid, 12 de junio de 1976.
DALMIRO DE LA VÁLGOMAAprobado en sesión de 25 de junio de 1976. Informe publicado en el Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo CLXXVI. Madrid. Cuaderno I. Enero-Abril 1979. Pág. 205.
El Ayuntamiento de Villapalacios conserva el acta de pleno municipal celebrado el 18 de agosto de 1976 en el que se acuerda, entre otras cosas, el informe emitido por la Academia en julio anterior y que les había sido enviado por la Dirección General de la Administración Local. La corporación municipal, “considerando razonable el informe anteriormente escrito, por acuerdo unánime de la totalidad de sus miembros, acepta las sugerencias de la Real Academia de la Historia en el sentido de que el escudo sea como queda dicho”.
El BOE número 282, de 24 de noviembre de 1976, página 23399, publicó el Real Decreto 2644/1976 de 16 de octubre. Allí podemos leer:
El Ayuntamiento de Villapalacios, de la provincia de Albacete, ha estimado conveniente adoptar su escudo heráldico a fin de perpetuar en él, con adecuada simbología y conforme a las normas de la heráldica, los hechos más relevantes y peculiares de su pasado histórico. A tal efecto, y de acuerdo con las facultades que le confieren las disposiciones legales vigentes, elevó para su definitiva aprobación, el correspondiente proyecto y Memoria descriptiva del mismo.
El expediente se sustanció con arreglo a las normas de procedimiento establecidas en la Ley de Régimen local y en el Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales. La real Academia de la Historia emitió su dictamen en sentido favorable, algunas sugerencias, que fueron debidamente observadas.
En su virtud, a propuesta del Ministro de la Gobernación y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión y previa deliberación del consejo de Ministros en su reunión del día quince de octubre de mil novecientos setenta y seis,
DISPONGO:Artículo único: Se autoriza al Ayuntamiento de Villapalacios, de la provincia de Albacete, para adoptar su Escudo heráldico municipal que quedará organizado en la forma siguiente, de acuerdo con el dictamen de la Real Academia de la Historia:
Partido primero, de gules, dos calderas jaqueladas, de oro y sable, puestas en situación de palo, con seis cabezas de sierpe, de sinople, cuatro salientes de los extremos, dos dentro de las mismas. Segundo, componado de doce piezas, seis de plata, con un león de gules, y seis de gules, con un castillo de oro. Al timbre: corona real, cerrada.
Dado en Madrid, a dieciséis de octubre de mil novecientos setenta y seis.
El ministro de la gobernación JUAN CARLOS
Rodolfo Martín Villa”.
OTROS ESCUDOS EN LA LOCALIDAD:
Este es el escudo oficial de Villapalacios (figura 1), pero en la localidad son varios los escudos que podemos ver, que no son los oficiales.
El primero, el que está situado en la fachada principal del ayuntamiento, realizado en hierro forjado. Este escudo parece estar inspirado más en la propuesta de Lasalle (figura 2) que en el diseño final aceptado y ratificado por Real Decreto, pues los 12 campos del componado derecho han sido reducidos a nueve (figura 3).
El segundo es el escudo de piedra situado en el muro sur de la iglesia de San Sebastián de Villapalacios (figura 4). Es fácilmente localizable, pues se encuentra en el lado derecho de la puerta principal, entre dos contrafuertes, justo en el centro de la Plaza Mayor. Este escudo permaneció durante décadas en el patio de la casa parroquial, situada enfrente de la iglesia. Fue puesto en su localización actual en el año 1977, durante la restauración realizada en el templo en ese año por la Dirección General de Arquitectura. Los elementos representados son los mismos que los del escudo oficial, pero su disposición es diferente. Veamos:
El escudo no está partido. En el lado izquierdo aparecen representadas tres calderas en palo de donde salen tres prótomos de sierpe a cada lado (seis en total de cada caldera). No se han representado las interiores. En el lado derecho, en el componado que no está representado, se han esculpido nueve figuras, la primera, tercera, quinta, séptima y novena, castillo, la segunda y cuarta, león rampante a la derecha, y la sexta y octava león rampante a la izquierda, junto a otros detalles accesorios. El escudo ha sido datado del siglo XVI por Luis Guillermo García-Sauco en su libro Heráldica municipal de la provincia de Albacete, publicado en 1991, páginas 291 y 282. Es de destacar la representación de las tres calderas en palo, que no hemos encontrado asociado a ninguno de los miembros de esta familia, siempre dos. (ver apunte).
No es posible asegurar que se trata del escudo que mandó colocar Juana Manrique en su capilla junto con el de su marido, pero si sorprende que se hayan representado tres calderas en palo, algo que no permite asociarlo al emblema de ningún miembro de esta familia, ya que siempre utilizan solo dos.
El tercero de los escudos, es el que aparece representado en la lápida conocida como de “los Condes de Paredes”, actualmente en el Aula de Cultura del municipio (figura 5). En varios lugares de esta página analizamos ampliamente el contenido y el significado de esta lápida. Aquí sólo comentaremos que si bien está muy deteriorado, sus elementos son bien parecidos con los dos anteriores. A saber:
Escudo cuartelado en cruz. En el primero y cuarto dos calderas puestas en posición de palo con cabezas de sierpes (no hemos podido determinar su número). En el segundo y tercero, componado de cuatro piezas; en el primero y cuarto un castillo, en el segundo y tercero un león rampante, al timbre: corona de conde (figura 6).
Sus medidas son 27 centímetros de alto por 19 de ancho.
El escudo de la parte inferior de la inscripción puede aportar luz para saber el momento en el que la lápida se pudo realizar. Cada capítulo de la obra de Salazar y Castro sobre la familia Manrique está encabezado por el escudo que adoptaron sus miembros y el de su cónyuge, en el caso de estar casados. El capítulo de Rodrigo Manrique (aparte de proporcionar sólo un escudo, por lo tanto, no lo reconoce como casado) está encabezado con un blasón que presenta, a la derecha, en campo central, dos calderas puestas en palo, con siete cabezas de sierpes, cuatro salientes en los extremos de las calderas y tres dentro. También bordura de nueve leones rampantes y nueve castillos colocados de forma alternativa.
Pero el que aparece en la lápida, según se intuye, es uno cuartelado en cruz. En el primero y cuarto dos calderas puestas en posición de palo con cabezas de sierpes (no se ha podido determinar su número). Y en el segundo y tercero, componado de cuatro piezas; en el primero y cuarto un castillo, en el segundo y tercero un león rampante, al timbre: corona de conde. Una composición que coincide con los escudos que encabezan los capítulos dedicados a Enrique Manrique, VI Conde de Paredes (entre 1571 y 1583) y Pedro Manrique, VIII Conde de Paredes (entre 1583 y 1625). Ningún otro miembro de los Manrique utiliza este escudo con anterioridad. Antonio Manrique, VII Conde de Paredes, ya se vio, murió a los 25 años en 1588 en el desastre de la Armada Invencible, quizá por eso Salazar y Castro no le dedica ningún capítulo en su obra y se desconoce qué escudo usó.
Si la lápida contaba con una fecha de realización se ha perdido porque la parte inferior derecha está degastada. La aparición de los cargos que Francisco disfrutó a partir de 1569 y el escudo, permiten pensar, aunque no se puede afirmar con rotundidad, que la lápida se realizó tiempo después de la muerte de Rodrigo Manrique, en un momento que coincidiría con el gobierno del VI o del VIII Conde. Y por eso se colocó este emblema y no el del difunto.
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Escudo que se puede ver en la fachada de la iglesia de San Sebastián desde 1979, pero que permaneció durante muchos años en el patio de la casa parroquial, como puede verse en la foto de la derecha, realizada, precisamente, por Sebastián Panadero Cuartero, arquitecto responsable de los trabajos de restauración del templo, una imagen que se conserva en los fondos del Instituto de Estudios Albacetenses. / FOTO J. Á. M. / IAE
¿QUÉ SIGNIFICAN ESTOS SÍMBOLOS?
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Caldera:
La caldera es una figura típica de la heráldica española, encontrada doblada en palo, en número múltiple sobre bordura, o pendiente de un árbol, de color liso, jaquelado, o dentellada de dos colores distintos, lo que hace pensar más bien en un cesto tejido de varios colores. La caldera, que siempre se representa con el asa levantada, sería una figura propia de un señor “de pendón y caldera” y representaría a las numerosas tropas que la casa reclutaba entre sus vasallos y el poder de pagarlas y alimentarlas a su costa.
Sierpe / Serpiente:
Animal heráldico que se le representa nudada, ondada o en círculo mordiéndose la cola, o, como en nuestro caso, en asas de ollas u otras figuras enroscadas o engolando una figura humana. Simboliza la cultura y el nivel espiritual máximo. Aunque para otros autores es símbolo de ingratitud, prudencia y de eternidad cuando se muerden la cola formando un círculo sin principio ni fin. Se adjudicaban a quien reducía a la obediencia o batía a los sediciosos, maldicientes y murmuradores contra el príncipe o soberano.
Castillo:
Figura muy representativa en la heráldica española a lo largo de su historia, se ha blasonado de formas y diseños diferentes, pero siempre se ha respetado el merletado de las tres torres y la del medio más alta que las demás. En ocasiones las puertas y ventanas se representan abiertas y a veces con damas, guerreros o caballeros asomados a ellas, viéndose las figuras que hay detrás del castillo. El castillo fue usado por primera vez por el rey don Alfonso VIII, ya en el año 1196. Situados encima del agua, de dicen pantados, y sobre cualquier pieza, sostenidos. El castillo simboliza la fortaleza, grandeza y elevación, y denota asilo y salvaguardia. Se suelen componer armerías con castillos a los que hacen fabricar, los que los defienden con esfuerzo y valor, y al que vence al enemigo que las trae en su estandarte.
León:
El león rampante es la figura más utilizada en la heráldica española. Usados desde el siglo XII. Se le representa en posición de levantado sobre sus cuartos traseros con las garras delanteras en posición de ataque. La pata diestra, según la especie a la que pertenezca el animal debe de estar alta y la izquierda algo más baja, la cabeza y el cuerpo de perfil, boca abierta y la lengua fuera, la cola hacia dentro mostrando sus garras o uñas. Como rey de los animales, simboliza el "señor natural" o posesor de la fuerza y del principio masculino.
EL APUNTE:
Según las obras consultadas sobre genealogía, las armas de la familia de los Lara son: En gules, dos calderas jaqueladas en oro y sable, puestas en palo; saliendo de cada asa siete (a veces se mencionan ocho) cabezas de sierpes, tres hacia adentro y cuatro hacia fuera. Estas armas las usaron casi todas las ramas de este linaje cuartelándolas con otras de alianzas. Rodrigo Manrique, Maestre de Santiago y I Conde de Paredes, orló las calderas con castillos y leones, puso al lado "siniestro" las armas del duque de Benavente, su abuelo materno, y otras veces como Maestre, orló el escudo con las conchas o veneras de aquella orden. El III conde de Paredes Don Rodrigo Manrique, su nieto, acuarteló con las calderas las armas del Duque de Benavente y prefirió éstas, pero sus descendientes han escogido siempre las calderas con orla de castillos y leones que fueron las primeras que usó el maestre
El escudo de Rodrigo Manrique, I Conde de Paredes, es igual al que reproducimos figura 1 (el escudo actual de Villapalacios), con la salvedad de que el componado es de nueve piezas y no de doce. Este mismo escudo es el adoptado por el II, III, IV y V Conde de Paredes. También lo utilizaron, el I Conde de Burgo-Labeçar o el famoso poeta Jorge Manrique. Por su parte, los VI y VIII Condes de Paredes utilizaron el que reproducimos en la figura 6 (el mismo que aparece en la "lápida de los Condes de Paredes"). Antonio Manrique, VII Conde de Paredes, murió a los 25 años en 1588 en el desastre de la Armada Invencible, quizá por esto Salazar y Castro no le dedica ningún capítulo y no sabemos el escudo que usó. Los IX, X y XI Condes utilizaron las dos calderas en palo con bordura de leones y castillos, como el utilizado por Rodrigo Manrique, Comendador de Biedma, y que reproducimos en otro apartado de esta página.
REFERENCIAS:
CÁRDENAS VICENT, Vicente de (1967). Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica, Letras L-LL, páginas 31. Instituto Salazar y Castro, CSIC, Madrid.
GARCÍA GARRAFA, Alberto y Arturo (1933). Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispano-Americana. Tomo 48, pág. 165-251. Madrid.
GARCÍA-SAUCO, Luis Guillermo (199). Heráldica municipal de la provincia de Albacete. Albacete, 1991.
SALAZAR Y CASTRO, Luis (1697). Historia genealógica de la Casa de Lara, justificada con pruebas, IV volúmenes. Tomo I, pág. 27. Imprenta Real, Madrid.
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